DOMINGO 26 DURANTE EL AÑO
Mensaje del profeta Ezequiel 18, 24-28
El anuncio del profeta es una llamada a la conversión: «cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo, y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida«. Y también: «Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá«. El profeta hace conocer al pueblo la responsabilidad personal cuando se comete pecado o cuando se evita hacerlo. Deja en claro también que Dios no se complace en la muerte del pecador; su deseo es que viva, pero se debe renunciar a todo aquello que lo conduce al mal y lo aparta del bien. Para el profeta también el justo puede faltar a la fidelidad, en cuyo caso hallará la muerte. “Si el justo se aparta de su justicia y comete maldad, imitando las prácticas idolátricas del malvado, no se tendrá en cuenta la justicia que hizo: por la iniquidad que perpetró y por el pecado que cometió morirá”. Es decir, que habrá desaprovechado los medios que Dios le dio para salvar su vida.
Textos Paralelos
Ez 33,16; Lc 15,7.10.32; Jn 8,11; Rom 11,32; 2 Pe 3,9; Ez 33,20; Mt 16,27.
Mensaje de la carta a los Filipenses 2, 1-11
San pablo en su carta a los Filipenses, les da conocer lo que realmente es importante, que no es el solo hablar sino el hacer. El ejemplo más notable es Jesucristo, que se despojó de su rango, tomó la condición de esclavo y se hizo obediente a Dios hasta la muerte de cruz. Que, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría divina y se hiso uno más de nosotros. Es así que este himno no habla de los discursos del Señor o de sus enseñanzas, sino de sus obras: se despojó, tomó la condición de esclavo, se sometió incluso a la muerte. La exhortación de san Pablo a la comunidad creyente pretende lograr que todos sus miembros tengan los mismos sentimientos de Cristo. Es decir, que al igual que Él que no hizo alarde de su categoría divina, sino que murió en la cruz por todo el mundo, el cristiano no debe pensar primero en sí mismo, sino que se debe poner en último lugar, siendo el servidos de los demás.
Jesús nos enseña el camino que debe seguir todo cristiano: que es el camino de la obediencia a los planes divinos, dar cumplimiento de la voluntad de Dios con obras concretas, no solo en las palabras. Por ello se debe reconocer a Jesús como el Señor, el que tiene el Nombre sobre todo nombre, ésta es nuestra esperanza.
Textos Paralelos
1 Cor 1,10-16; Is 53,12; 2 Cor 8,9; Gál 4,4; Rom 5,19; Is 52,13; Is 45,23; Rom 10,9
Mensaje del Evangelio de San Mateo 21, 28-32
En el Evangelio Jesús se niega a dar una respuesta a la pregunta de los jefes de los sacerdotes, pero les propone tres parábolas que muestran el rechazo de Israel hacia el Hijo de Dios y a su oferta del Reino que también es hecha a: los publícanos, los pecadores y los mendigos. La primera parábola, la de los dos hijos es la que leemos este domingo y sólo se encuentra en este evangelio.
Jesús relata a sus oyentes un hecho concreto. En primera instancia les pregunta su opinión sobre la actitud de los dos hijos: ¿Qué les parece? (Mt 21,28), y luego de haber escuchado la comparación del comportamiento de los dos hijos, les propone otra pregunta: ¿Cuál de los dos hijos cumplió la voluntad del Padre? (Mt 21,31).
La respuesta es clara: el que va a la viña, aunque antes se hubiera negado a ello. Hasta aquí, no hay duda sobre la enseñanza de la parábola. Lo importante no es quién se portó bien, sino quién cumplió la voluntad del padre. Es cierto que los fariseos, los sacerdotes y los ancianos del pueblo dijeron sí a Dios al aceptar la ley de Moisés. Pero su actitud, se asemeja a la del hijo que dijo sí y luego no fue a trabajar, su acción es reprochable y superficial pues no han cumplido la voluntad del Padre, y el hecho más visible es que se han negado a aceptar la invitación de Juan a la conversión. Sin embargo, los recaudadores de impuestos y las prostitutas, que inicialmente dijeron no a Dios, negándose a vivir según sus mandamientos, son los que han acogido la invitación y los que cumplen la voluntad del Padre.
A su vez esta parábola da una respuesta a quienes le acusaban de acoger a los pecadores y marginados. Jesús responde a estas personas proponiéndoles que vean las cosas desde otra perspectiva. Lo que importa no son los aspectos externos, sino la actitud interior; el que honra a Dios no es el que observa solo unos ritos externos, sino aquel que cumple su voluntad.
En definitiva, lo verdaderamente importante para entrar en el Reino de Dios es cumplir la voluntad del Padre. Jesús responde así una vez más a quienes le acusaban de ser cercano a los marginados de la sociedad, recaudadores de impuestos, prostitutas y pecadores. Quienes serán los que entren primero al Reino.
Textos paralelos
Lc 7,29s; 18,9-14; Lc 7,37-50; 19,1-10.
Por: Javier Silva Aparicio
Responsable de la Sección de Animación Bíblica
Área de Evangelización – CEB
