En la vigilia de Pentecostés, presidida por Mons. Diego España y celebrada en la Capilla Loma de San Juan de la ciudad de Tarija, se oró por la unidad de los cristianos.
La Solemnidad de Pentecostés celebra la llegada del Espíritu Santo, el protagonista de nuestra vida y de la vida de la Iglesia. Cuando el Espíritu Santo llega transforma la vida de los Apóstoles, de una postura inicial de temor y encierro en el Cenáculo se transforman en valientes anunciadores del Evangelio, todo por la fuerza del Espíritu.
El milagro de Pentecostés, el milagro del Espíritu Santo es tomar hombres cobardes y temerosos y hacerlos valientes, tomar hermanos de todas las culturas, naciones e Iglesias y convertirlos en una unidad de todos, una unidad en la diversidad.
Oremos con la Secuencia de Pentecostés:
Ven Espíritu Divino, manda tu luz desde el cielo, Padre amoroso del pobre; don en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquécenos. Mira el vacío del hombre | si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus Siete Dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. |




Por: María Beatriz Castro Mojica