QUINTO DOMINGO DE CUARESMA – CICLO “B”
Mensaje del profeta Jeremías 31,31-34
El texto para su mejor comprensión se divide en dos partes:
La primera parte los versículos 31 a 31ª, nos dice que la nueva Alianza no será como la del Sinaí. El profeta inicia su mensaje con la fórmula que lo caracteriza: “Vendrán días”, que hace referencia a la espera de algo nuevo. ¿En qué consiste esta novedad? Básicamente lo nuevo no está en la promulgación de una nueva ley, sino que tiene la característica de que ésta nunca se romperá. Así el Señor establecerá una relación de amistad duradera con su pueblo.
La segunda parte los versículos 33b a 34 explica en qué consiste la nueva Alianza. Si bien la antigua Alianza fue quebrantada por el pueblo, sin embargo, Dios siempre se mantuvo fiel. Ahora se trata de alcanzar el mismo objetivo: “reconocer que Dios será su Dios e Israel su pueblo” (cf. Ex. 6, 7; Dt. 26, 16-19). Este fin se conseguirá debido a que la ley no estará escrita en tablas de piedra (cf. Ex. 31, 18; 34, 28ss) sino en el interior humano, en el corazón de la persona que es la verdadera sede de toda decisión humana (cf. Dt. 30, 11-14).
Cada uno reconocerá a Dios, desde el interior de su persona, así Dios concederá su perdón y suprimirá el pecado para que puedan cumplir con las exigencias de la Alianza.
Textos paralelos
Jr 11,1-14; Heb 8,8-12; Éx 19,1; Lc 22,20 par; Heb 10,16; Jr 24,7; 32,39s; 2 Cor 3,3; Os 2,2 2; Heb 10,17; 1 Jn 2,27.
Mensaje de la Carta a los Hebreos 5,7-9
La carta de los Hebreos describe la actitud humilde de Jesús que aceptó en su pasión, pasar por la experiencia dolorosa del sufrimiento. Ante la amenaza de una muerte dolorosa e injusta, ora a Aquel que lo puede librar de la muerte. El pasaje recuerda la escena del huerto de los Olivos, cuando Jesús ora al Padre ante la posibilidad de ser librado de su suplicio. La oración tuvo como efecto fortalecer a Jesús para llevar a cabo su misión, no rechazarla. Su oración fue escuchada no en el entendido de liberarlo de la muerte, sino en orden a vencer a la muerte a través de su Resurrección. Por la obediencia fiel a la voluntad del Padre, Jesús es la manifestación plena de la presencia de Dios y es la fuente de salvación para todos aquellos que se adhieran a Él por la fe.
Textos paralelos
Lev 9,7; 16,6; Éx 28,1-43; Sal 2,7; Sal 110,4 | 8: Flp 2,8.
Mensaje del Evangelio según San Juan 12,20-33
Entre todo el gentío que acudía a la fiesta de la Pascua, dos griegos presentes en Jerusalén quieren ver a Jesús. Estos dos griegos representan a la población gentil a quienes el Señor también les había anunciado la Buena Nueva: Estos griegos se acercan primero a los discípulos de Jesús Felipe y Andrés que conocían el idioma y sus costumbres. Felipe es de Betsaida en la Decápolis que era una región helenizada. Estos dos hacen de intermediaros para llegar a Jesús.
La llegada de estos gentiles que muestran un gran interés de creer en Él, es el marco en el que Jesús habla sobre el significado de su muerte, sobre la hora de su glorificación (cf. Jn 12,23.28; 17,1). Jesús declara que la hora ha llegado, y es la hora de la glorificación, ha llegado a esta “hora” para que el Padre glorifique en Él su nombre: “Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre” (cf. Jn 12, 23; Jn 13,31; Jn 17,1).
Jesús acude a una breve parábola para afirmar que sólo el grano de trigo que muere, da mucho fruto. Esta parábola presenta una lección fundamental del Evangelio que: el amor oblativo, el amor que se da a sí mismo, es el que genera vida y hace referencia además a la hora de su glorificación.
Jesús se dispone a cumplir la voluntad del Padre: “Ahora mi alma está turbada. Y ¿qué voy a decir? ¡Padre, líbrame de esta hora! Pero ¡si he llegado a esta hora para esto!” (12,27). Este breve momento de duda y angustia es rápidamente superada, con la oración que el Señor hace: “Padre, glorifica tu Nombre”; que deja ver la convicción de salir victorioso de la muerte. La respuesta de Dios no se deja esperar, su voz que viene del cielo responde a su petición, que confirma y sella su decisión: “Lo he glorificado, en todo lo que se refiere en su ministerio terreno y de nuevo le glorificaré, significando su Muerte y Resurrección” (cf. Jn 12, 28). De esta forma el Señor nos dice que: “Cuando sea elevado de la tierra, atraeré a todos hacia mí” (Jn 12,32).
Textos paralelos
1 Cor 15,36; Mt 16,25; Mc 8,35; Lc 9,24; Lc 22,40-46 par.
Colaborador: Javier Silva
Sección Animación Bíblica de la Pastoral
Área de Evangelización – CEB
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