Todos los años, día a día, el santuario de la «Mamita de Urcupiña”, es visitado por miles de devotos que peregrinan, desde diferentes puntos del país y del exterior, para orar y agradecer a la Virgen los favores de concedidos. Este testimonio misionero tiene su punto más alto de fe, el 15 de agosto, fiesta María Asunta al cielo.
Es ella, la Madre de Dios, que nuevamente se mezcla entre la gente y busca hacer presente a su Hijo en medio de la humanidad, y por gracia del Señor, es Quillacollo el lugar elegido para congregar bajo su manto no sólo a devotos bolivianos; sino también, miles de fieles que llegan desde diferentes partes del mundo.
El Santuario de Quillacollo se encuentra ubicado en Bolivia a 13,85 km. de la ciudad de Cochabamba, y es el centro de devoción a la Virgen de Urcupiña. Eclesialmente pertenece al Arsobispado de cochabamba y su administración pastoral esta confiado a un equipo de sacerdotes diocesanos.
¿URCUPIÑA?
Proviene de la lengua Quechua, «‘urqupiña» es decir «ya está en el cerro» (urqu=cerro, piñia- ya está) – de ahí el nombre castellanizado de Urcupiña.
Cuenta la leyenda que una niña pastora que paseaba a sus ovejas en el cerro Cota (Calvario) cerca de Quillacollo, era visitada por una Señora que tenía en brazos a un niño, su conversación y compañía era muy valorada por la niña pastora por lo cual la presencia de aquella Señora se repitió varias veces.
La niña comentó lo que pasaba a sus padres, ellos preocupados y sorprendidos comentaron también a las autoridades del pueblo, mismos que pidieron a la niña que les llamara cuando la Señora vuelva a aparecer. Y así fue, al verla venir la niña empezó a gritar en medio del pueblo » Jacgayega Orcgopiña».
Cuenta la leyenda, que después que muchos de los pobladores vieron a aquella Señora caminar por el cerro, al legar sólo encontraron la de imagen de la Virgen María, que hoy es venerada como la Virgen de Urcupiña.
Muchos historiadores se han dado a la tarea de confirmar con exactitud dónde se inicia esta devoción a la Madre de Jesús, lo cierto es que ya a finales del siglo XVlIl, los pobladores de Quilacollo veían a la Virgen como su protectora.
El 20 de julio de 1985 bajo DS 20969, se declara el 15 de agosto como «Día de la Integración Nacional», y por medio de la Ley N°1347 del 15 de septiembre de 1992, se declara «Monumento y Patrimonio Nacional a la Iglesia de San Ildefonso». Bajo la ley N°2536, el 24 de octubre de 2003 es declarada, «Patrimonio Cultural de Bolivia a la festividad Religiosa de Nuestra Señora de Urcupiña».
LA VIRGEN EN SAN ILDEFONSO
Junto a los españoles llega también la fe en Jesucristo y fundan bajo la inspiración de San lldefonso y la protección de la Virgen de la Asunción un nuevo espacio de evangelización en estas tierras.
Con el paso de los años la fe y devoción de los pobladores a la Virgen de Urcupiña, hace necesario pensar en construir una nueva edificación. Fue Mons. Fructuoso Mencía, nacido en Ayopaya Bolivia, quien en 1908 inicia la construcción del templo tal y como lo conocemos ahora, la obra se concluyó en 1947, bajo la dirección del quillacolleño Mons. Francisco Cano.
La Parroquia de San lldefonso fue desde su inicio la casa de María de Urcupiña y por esta razón, Mons. René Fernández Apaza, Arzobispo de Cochabamba, bajo Decreto Arzobispal de 1998/091, constituye al templo sede de la parroquia de San Ildefonso como Santuario Arquidiocesano con el nombre de Nuestra Señora Virgen María de Urcupiña.
EL CERRO «COTA» O DEL CALVARIO
Sin duda este es el sitio más importante de la devoción a María de Urcupiña, ya que es el lugar donde se le apareció la Virgen a la niña pastora.
Es en este lugar donde se reafirma cada año esa relación misteriosa entre la misionera por excelencia de Dios y el pueblo que peregrina, no sólo en estas tierras, sino también en todo el mundo, La devoción y la fe en el Señor se mezclan con la cultura propia de estas tierras y, cada año, lo que se puede ver es a peregrinos que provienen del campo y las ciudades a solicitando favores como la construcción de la casa deseada, la compra de un auto o simplemente vienen a prestarse dinero de la Virgen con la promesa de devolver al siguiente año luego de cumplido su deseo.
Lo singular de esta tradición cultural y de fe es que para prestarse dinero deben romper enormes piedras y si las intenciones de quien se quiere prestar, son buenas, la Virgen le «entregará» una piedra grande, caso contrario será pequeña.
Todo este ritual concluye con la ch’alla hecha por un yatiri y de manera imprescindible la bendición de la «mamita de Urcupiña» de manos de un sacerdote con agua bendita.
UN PUEBLO QUE EXPRESA SU FE DE MUCHAS MANERAS
Hablar de la fiesta de la Virgen de Urcupiña es sin duda una mezcla de fe y de expresiones y tradiciones culturales, La gran fiesta se inicia con la quincena en honor a la virgen a partir del 31 de julio hasta el 14 de agosto.
Desde el año 2000, el 13 de agosto se lleva a cabo la entrada autóctona con el objetivo de rescatar las tradiciones, música y danzas ancestrales.
El 14 de agosto, más de 10.000 devotos (niños, jóvenes, familias enteras) bailan por las calles de Qullacollo y culminan a los pies de la Virgen agradeciendo los favores y expresando en público su fe en el creador a través de su Madre María.
Mons. Tito Solari, Arzobispo Emérito de la Arquidiócesis de Cochabamba, entronizó de manera definitiva en el altar mayor a la imagen original de la Virgen de Urcupiña, el 13 de diciembre de 2002.
E1 15 de agosto se celebra la eucaristía con presencia de autoridades eclesiásticas y gubernamentales tanto locales como nacionales.
EI 16 de agosto, muy temprano en la mañana, los fieles devotos peregrinan desde la plaza 14 de septiembre, de la ciudad de Cochabamba hasta el cerro Cota en Quilacollo, ahí escuchan la misa e inician con la tradición de picar piedras.
El 17 de agosto muchos peregrinos residentes cruceños y del lugar inician una peregrinación al cero Cota, pero esta vez a la gruta donde según la tradición es el lugar donde apareció la Virgen.
Revista Bolivia Misionera N°2
Imágenes – Periódico Opinión y Los Tiempos
