23 octubre,2024
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Domingo 26 Durante el Año: REFLEXIÓN DOMINICAL EN CLAVE ECOLÓGICA – Ciclo B

La Liturgia de la Palabra para este Domingo nos incita a reconocer nuestra corresponsabilidad en el cuidado de la Creación como un acto de justicia, amor y fidelidad al mandato de Dios. Las lecturas nos muestran que cuidar la naturaleza no es solo una opción, sino una obligación compartida por todos, que refleja nuestra vida en comunidad y nuestra relación con el Creador, profundicemos más las Sagradas Escrituras:

PRIMERA LECTURA

El libro de los Números 11, 16-17a.24-29, nos ofrece una enseñanza profunda sobre la corresponsabilidad y la equidad en el cuidado de la Creación. Así como Dios infunde su Espíritu a los setenta ancianos, a Eldad y Medad, sin distinción de su ubicación, nos recuerda que la responsabilidad de cuidar la naturaleza es compartida por todos, sin excepciones. El acto de infundir el Espíritu implica que cada persona, desde su lugar y contexto, es capacitada por Dios para asumir esta tarea. Eso nos invita a reconocer que el Espíritu de Dios actúa en cada uno de nosotros para cuidar y proteger el planeta, porque cuidar la Creación es, en esencia, un acto profético al servicio del bien común y del respeto a la obra de Dios en la naturaleza.

SALMO RESPONSORIAL

El Salmo 18, 8. 10. 12-14, nos recuerda que “Los preceptos del Señor alegran el corazón” y nos invita a vivir en armonía con la Creación, respetando las leyes que Dios ha inscrito en el orden natural. La pureza y la justicia de la Palabra de Dios nos llaman a cuidar la Tierra, reconociendo que su preservación es un acto de justicia y amor no solo hacia nosotros mismos, sino también hacia todas las criaturas que habitan nuestro hogar común. Este cuidado es un mandato divino que reconforta el alma y nos instruye en el camino de la humildad, alejándonos del orgullo que nos lleva a dominar la naturaleza, en lugar de protegerla. Al vivir conforme a estos preceptos, encontramos alegría en ser fieles custodios de la Creación, respondiendo al llamado de Dios con amor y gratitud.

SEGUNDA LECTURA

La lectura de la carta de Santiago 5, 1-6 nos ofrece una advertencia clara sobre los peligros de acumular riquezas a costa de la injusticia y el sufrimiento de los demás, y esta reflexión puede inspirar una interpretación ecológica para el cuidado de la Creación, porque el texto denuncia la acumulación egoísta y el mal uso de los recursos, lo que resuena con el maltrato al medio ambiente y la explotación irresponsable de la naturaleza. Al retener lo que pertenece a los demás, como los salarios de los trabajadores, podemos ver un paralelismo con la explotación de la Tierra, donde los recursos naturales se agotan sin considerar el bienestar de las futuras generaciones ni el equilibrio del planeta. El clamor de los cosechadores que llega a los oídos de Dios es también el clamor de la naturaleza que sufre por el abuso humano.

EVANGELIO

Este pasaje del Evangelio según san Marcos 9, 38-43. 45. 47-48, nos invita a reflexionar sobre la importancia de la acción correcta y las decisiones responsables, aplicando esta enseñanza al cuidado de la Creación. Jesús destaca que cualquier acción positiva, incluso algo tan simple como dar un vaso de agua, tiene un gran valor a los ojos de Dios. En este contexto ecológico, cuidar la Creación implica reconocer que incluso los actos más pequeños de respeto y protección hacia la naturaleza tienen un impacto significativo. Jesús también nos advierte sobre los escándalos y el mal uso de nuestras acciones, instándonos a evitar cualquier comportamiento que dañe a los más vulnerables o a la Creación misma. Cortar lo que nos lleva a pecar es una metáfora poderosa para alejarnos de hábitos destructivos que contaminan el medio ambiente y explotan los recursos naturales de manera irresponsable.

A MODO DE CIERRE

Desde la corresponsabilidad del Espíritu en el libro de Números hasta el llamado a la acción justa en el Evangelio de Marcos, se nos invita a adoptar un estilo de vida más sencilla y consciente, respetando la justicia que el Señor ha inscrito en el orden de la Creación. Tal como nos recuerda el Papa Francisco en Laudato Si’: “El ambiente humano y el ambiente natural se degradan juntos, y no podremos afrontar adecuadamente la degradación ambiental si no prestamos atención a las causas que tienen que ver con la degradación humana y social” (LS 48). Con humildad y gratitud, respondamos a este llamado a cuidar nuestra casa común.

Por E. Marcial Riveros Tito

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1 COMENTARIO

  1. Muy inspirador y gran desafío, contemplar la liturgia de la palabra en clave ecológica. Gracias padre Marcial. Nos hacen falta mas sacerdotes con conciencia ambiental; misma que es consciencia evangélica transversal.

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