PRIMERA LECTURA: Nm 11,16-17.24- 29. Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta.
Ante las quejas del pueblo, Moisés se harta y también se lamenta. En este texto se relata que el Señor pasó parte del espíritu de Moisés a setenta ancianos, los cuales le ayudarán a afrontar los problemas que tiene con el pueblo y participarán de su mismo espíritu profético. Pero Eldad y Medad, que no estaban presentes con ellos, también recibieron el espíritu y empiezan a profetizar. Al enterarse de ello Josué, se pone celoso e intenta prohibir que estos dos profeticen, pero Moisés le recrimina con estas palabras: «¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el espíritu del Señor!».
SEGUNDA LECTURA: St 5,1-6. Dios escucha el grito de los pobres.
Con talante profético Santiago destapa los conflictos del ámbito social y comunitario, entre los cuales clama al cielo la explotación injusta de los empobrecidos por parte de los enriquecidos. Esta es, sin duda, una de las palabras más críticas del Nuevo Testamento contra los ricos. No es una exhortación a la penitencia, sino un anuncio profético de amenaza contra los ricos (Is 13,6; 15,3). Es la perspectiva amenazante del juicio definitivo y último ante Dios, único Juez y Legislador. Como en una visión profética se contempla el final negativo de las riquezas acumuladas. Entonces el oro y la plata testimoniarán contra los ricos. No solamente se aborda el problema de la acumulación de riqueza, sino la explotación de los pobres trabajadores por parte de los ricos como fundamento de la misma. Los oprimidos claman al cielo y la causa de su clamor es el salario injusto (Dt 24, 14; Eclo 34, 14-26). Pero se percibe el fin definitivo e irreversible de esa situación puesto que el Señor no es parcial contra el pobre, pues Dios, justo Juez, escucha el grito del pobre y las súplicas del oprimido.
EVANGELIO: Mc 9,38-43.45.47-48. Radicalidad del discipulo – en el Reino de Dios.
En el Evangelio hay dos elementos importantes. El primero es el carácter abierto y universal del mensaje de Jesús acerca del Reino de Dios y de los signos que anuncian su cercanía, y el segundo trata de las condiciones para acceder al Reino. Jesús abre la mentalidad cerrada de sus discípulos, que corren el peligro del ensimismamiento grupal. La respuesta de Jesús es de una apertura total, pues toda persona que actúe contra el mal, que expulse demonios, que se enfrente a la injusticia y a la desigualdad y que luche contra la pobreza, está trabajando por el Reino de Dios y Jesús lo reconoce como perteneciente a los suyos. El segundo elemento de Marcos trata de las condiciones para entrar en el Reino. Las condiciones para entrar en el Reino están formuladas en un lenguaje metafórico de tipo escatológico y de corte radical. Marcos no quiere decir que haya que cortarse ningún órgano físico, sino que es preciso cortar por lo sano y desde la raíz con todo aquello que impide entrar en el Reino y en el dinamismo del seguimiento de Jesús.
Preguntas de reflexión:
¿Tengo la mentalidad abierta para valorar el bien que hace cualquier persona, aunque no sea conocido mío?
¿Con qué debo contar en mi vida para dejar que Dios reine en mí?
Dios nos habla cada día: del 30 de Septiembre al 6 de Octubre 2024.
Lunes: Job 1,6-22; Sal 16,1-3b.6-7; Lc 9,46-50
Martes: Jb 3,1-3.11-17.20-23; Sal 87,2-8; Lc 9,51-56
Miércoles: Jb 9,1-12.14-16; Sal 87,10b-15; Lc 9,57-62 o Mt 18,1-5.10
Jueves: Jb 19,21-27; Sal 26,7-9c. 13-14; Lc 10,1-12
Viernes: Jb 38,1.12-21;40,3-5; Sal 138,1-3.7-10.13-14b; Lc 10,13-16 118,66.71.75.91.125.130; Lc 10,17-24
Sábado: Jb 42,1-3.5-6.12-17; Sal
Domingo 27 Durante el Año: Gn 2,4b.7a.18-24; Sal 127,1-6; Hb 2,9-11; Mc 10,2-16