El Papa Francisco inaugura oficialmente el “Año de Oración” como preparación a la celebración del Jubileo 2025 que tiene como lema “Peregrinos de esperanza”.
¿Qué es el año de la oración?
Es un tiempo privilegiado para redescubrir el valor de la oración a nivel personal y comunitario dentro de nuestra Iglesia Católica.
“No se trata de un Año con iniciativas particulares; más bien, de un momento privilegiado para redescubrir el valor de la oración, la necesidad de la oración diaria en la vida cristiana; cómo orar, y sobre todo cómo educar a orar hoy, en la época de la cultura digital, para que la oración sea eficaz y fecunda” (Mons. Rino Fisichella).
¿Qué es la oración?
La oración consiste en elevar el corazón a Dios. Cuando una persona o una comunidad ora, entran en una relación personal con Dios, en una relación de amistad con Dios.
La vida de oración, según San Francisco de Asís, es ante todo ese gran anhelo, esa búsqueda incesante del Espíritu del Señor y de su acción en nosotros.
Orar es aprender a decir “Abba”. Y eso sólo es posible gracias al Espíritu. El Espíritu del “Señor, enséñanos a orar” es el gran iniciador en la vida de oración. Por eso debemos anhelarlo por encima de todo y dejarle actuar en nosotros.
¿Cuáles son las características de la oración?
El Catecismo de la Iglesia Católica afirma: “Con su oración, Jesús nos enseña a orar” (n. 2607).
Del ejemplo de Jesús se puede extraer algunas características de la oración cristiana:
• La oración es sobre todo escucha y encuentro con Dios.
• La oración es el encuentro de uno y de la comunidad con Dios en el silencio.
• La oración en la soledad y en el silencio de la intimidad con Dios.
• La oración es el lugar donde se percibe que todo viene de Dios y Él vuelve.
Para tener presente
Un día vivido sin oración corre el riesgo de transformarse en una experiencia molesta o aburrida. Toda persona necesita de un espacio para sí misma, donde cultivar la propia vida interior, dejándose guiar por el Espíritu Santo.
“La oración es el respiro de la fe, es su expresión más propia. Como un grito silencioso que sale del corazón de quien cree y se confía en Dios. Con el Jubileo a la puerta, estamos invitados a hacernos más humildes y a dejar espacio a la oración que surge del Espíritu Santo” (Papa Francisco).
Hoja Dominical «Día del Señor»