DOMINGO DE LA PALABRA DE DIOS
El Papa Francisco ha instituido el “Domingo de la Palabra de Dios” que toda la Iglesia celebrará cada tercer Domingo Durante el Año, con el objetivo de hacer crecer en el Pueblo de Dios la familiaridad religiosa y asidua con la Sagrada Escritura.
Todo discípulo misionero tiene la imperiosa tarea de transmitir la Buena Noticia en su labor evangelizadora. “Porque la fe proviene de la escucha y la escucha está centrada en la Palabra de Cristo, la invitación que surge es la urgencia y la importancia que los creyentes tienen que dar a la escucha de la Palabra del Señor tanto en la acción litúrgica como en la oración y la reflexión personal” (Aperuit illis 7).
Debe poner en práctica la Palabra de Dios. Es importante tener la actitud de escucha, de prestar nuestros oídos a lo que nos dice el Señor a través de la Sagrada Escritura. “La escucha a la Palabra de Dios tiene la capacidad de abrir nuestros ojos para permitirnos salir del individualismo que conduce a la asfixia y la esterilidad, a la vez nos muestra el camino del compartir y de la solidaridad” (Aperuit illis 13).
Se compromete a continuar con la labor de llevar la Buena Nueva de Jesús a todos los espacios de nuestra sociedad. “Que el Domingo dedicado a la Palabra haga crecer en el Pueblo de Dios la familiaridad religiosa y asidua con la Sagrada Escritura”, y que la Palabra de Dios permanezca siempre “muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca, para que la cumplas” (Aperuit illis 15).
MAGISTERIO DE LA IGLESIA
“El contacto frecuente con la Sagrada Escritura y la celebración de la Eucaristía hace posible el reconocimiento entre las personas que se pertenecen. Como cristianos somos un solo pueblo que camina en la historia, fortalecido por la presencia del Señor en medio de nosotros que nos habla y nos nutre. El día dedicado a la Biblia no ha de ser “una vez al año”, sino una vez para todo el año, porque nos urge la necesidad de tener familiaridad e intimidad con la Sagrada Escritura y con el Resucitado, que no cesa de partir la Palabra y el Pan en la comunidad de los creyentes. Para esto necesitamos entablar un constante trato de familiaridad con la Sagrada Escritura, si no el corazón queda frío y los ojos permanecen cerrados, afectados como estamos por innumerables formas de ceguera” (Papa Francisco, Aperuit illis 8).
Hoja Dominical «Día del Señor»
Domingo de la Palabra de Dios