Rincón litúrgico n°5: EL AÑO LITÚRGICO HEBREO
En principio el año litúrgico hebreo tenía una base naturalista. De ahí que en el año, tres eran las grandes fiestas que se celebraban (Ex 23,14-17; Dt 16,16-17).
- La primavera o fiesta de ázimos (el nacimiento del cordero, el nacimiento de las espigas).
- La fiesta del tercer mes o de la siega del trigo.
- La fiesta del séptimo mes, la de la recolección o la de los tabernáculos o tiendas (acción de gracias por todos los beneficios).
Con el correr de los tiempos, la revelación de Dios (Yahvéh) y su intervención en la historia de los hebreos, las tres fiestas cambian de significado y de contenido:
- La de los ázimos conmemora la Pascua, acontecimiento fundante: la liberación de la esclavitud de Egipto y de las demás esclavitudes (Lev 23,5-8; Dt 16,1-8)
- La fiesta de la siega del trigo se convierte en la Fiesta de las Semanas. Es el Pentecostés judío: la entrega de las leyes en el Sinaí, la conclusión de la Alianza (Ex 20,1-21). Pentecostés es el último día de fiesta, coronación de la Pascua (Lev 23,9-14; Dt 16,9-12)
- La de la recolección se relaciona con la Permanencia de Israel en el desierto (Lev 23,15-22; Ex 23,14-19; Dt 16,13-15). El Sabat (descanso, sábado) es memoria de la Alianza entre Dios y su pueblo (Lev 23,3).
El Año Litúrgico de la religión judía (pueblo hebreo, pueblo israelita) tras su Alianza con Dios (Yhavhé) tiene incidencia en el cristianismo.
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