Rincón litúrgico n°3: LA PALABRA DE DIOS EN ADVIENTO
La Iglesia acoge y celebra la Palabra de Dios alimentando la espiritualidad de Adviento, espiritualidad de preparación y espera activa de los tres momentos de la manifestación de Jesucristo, nuestro Señor. En los tres ciclos litúrgicos (A-B-C) la Palabra de Dios pone de relieve estas dimensiones de la vida cristiana:
- Domingo I: Dios cumple su promesa de salvación en Jesucristo. Debemos permanecer firmes en la esperanza, esperar sin miedo alguno: Is 63,16-17.19; 64,2-7; Sal 79,2-3.15-19; 1Co 1,3-9; Mc 13,33-37.
- Domingo II: La voz que grita en el desierto. La salvación está cerca: Is 40,1-5.9-11; Sal 84,9-14;2Ped 3,8-14; Mc 1,1-8.
- Domingo III: La Buena Noticia de la salvación nos llena de gozo, de fervor: Is 61,1-2.10-11; Sal. Responsorial: Lc 1,46-50.53-54; 1Tes 5,16-24; Jn 1,6-8.19-28.
- Domingo IV: María, la Madre del Señor. La espera se centra en el Nacimiento de Jesucristo: 2Sam 7,1-5.8-12.14.16; Sal 88, 2-5.27-29; Rom 16,25-27; Lc 1,26-38.
Del 17 al 24 de Diciembre son días privilegiados de oración y de espera gozosa. Está muy cerca la fiesta del nacimiento de Jesús en nuestro planeta Tierra. En la Liturgia de las Horas, la Iglesia entona las antífonas mayores del 17 al 23 de diciembre, que comienzan con la aclamación “¡oH!” y compuestas en latín, con las iniciales leídas al revés, el acróstico Ero CrAS (seré mañana). La traducción al castellano es la siguiente “¡Oh Sabiduría!”(17 de diciembre); “¡Oh Adonai!” (18 de diciembre); “¡Oh Renuevo!” (19 de diciembre); “¡Oh Llave!”(20 de diciembre); “¡Oh Sol!” (21 de diciembre); “¡Oh Rey!”(22 de diciembre); “¡Oh Emanuel!” (23 de diciembre). Todos los integrantes de la Iglesia (fieles laicos/laicas, religiosas/religiosos/ diáconos/ presbíteros/ sacerdotes/ obispos) con estas aclamaciones bíblicas hemos de vivir intensamente el último tramo del gran acontecimiento histórico del nacimientos de Jesús.