Rincón Litúrgico n°23

Rincón Litúrgico n°23: LITURGIA DE LA PALABRA

En la hoja litúrgica “Día del Señor” del domingo 27 Durante el Año (7 de octubre 2018. N.2427) presentamos la primera entrega. En este número continuamos con el tema de la ‘Liturgia de la Palabra’. La Liturgia de la Palabra tiene un recorrido dialogal y festivo.

Las lecturas pueden introducirse con breves explicaciones (moniciones), aptas para facilitar a los fieles la comprensión del texto. El Leccionario es el signo de la Palabra de Dios. Debe evitarse el uso de folletos o de la hojita dominical para la proclamación de las lecturas de la Palabra. La Liturgia de la Palabra se la celebra desde el Ambón, que es la sede de la Palabra.

a) Primera Lectura: Tomada del Antiguo Testamento, excepto en el tiempo pascual. La Asamblea responde: “Te alabamos, Señor.”

b) El Salmo responsorial: Este Salmo, Palabra de Dios, está directamente unido al mensaje de la primera lectura. El Salmista debe cantarlo. Un mal menor: el Salmista recita las estrofas y la Asamblea participa con el estribillo.

c) Segunda Lectura tomada de los libros del Nuevo Testamento, excepto los Evangelios. La Asamblea responde: “Te alabamos, Señor.”

d) Aclamación: canto del Aleluya los domingos y solemnidades. Con este canto, los fieles acogen y saludan a Cristo, que les va a hablar en el Evangelio. En Cuaresma no se canta el Aleluya.

e) Proclamación del Evangelio: es la cima de la Liturgia de la Palabra. Es Jesucristo que nos habla. La Asamblea en pie y con mucha veneración escucha la Palabra de Vida. Por eso, la proclamación del Evangelio está lleno de muchos detalles de gran significado (Aclamación previa, la postura en pie, se puede emplear incienso, la oración previa del Sacerdote que va a proclamar, si hay Diácono, éste pide la bendición al Ministro Ordenado que preside, cirios encendidos, el diálogo con la Asamblea, el beso al libro, la aclamación al concluir la proclamación). La Asamblea responde: “¡Gloria a Ti, Señor Jesús!” Ojalá fuera cantado.

f) Homilía: Es la conversación familiar cuyo fin es profundizar y asimilar el Mensaje de la Palabra, especialmente el del Evangelio. La Homilía la da el que preside la Eucaristía (Obispo, Presbítero, algunas veces el Diácono), debe prepararla con esmero y con mucho tiempo de anticipación.

g) Profesión de Fe: Los fieles congregados en Asamblea responden al mensaje de la Palabra de Dios proclamada y expuesta en la Homilía. El Credo expresa la unidad de la Iglesia en la misma fe. Hemos hablado anteriormente de las tres fórmulas (confrontar Rincón Litúrgico n. 15).

h) Oración Universal: La comunidad cristiana, ejerciendo su sacerdocio bautismal, pide a Dios por: 1. La Iglesia. 2. Por los gobernantes y los asuntos públicos. 3. Por los pobres, por los que sufren. 4. Por la Asamblea celebrante o por la Parroquia. Se pueden añadir otras intenciones alusivas a las Jornadas Mundiales o Nacionales. Los fieles deben habituarse a orar por los acontecimientos que suceden cuando se celebran las Eucaristías. La Oración Universal tiene elementos propios del que preside y elementos propios de otros ministerios. Con la Oración Universal concluye la Liturgia de la Palabra.