Rincón Litúrgico n° 14

Rincón Litúrgico n° 14: LA IGLESIA EN CUARESMA.

Para la Iglesia  –somos todos los bautizados- la Cuaresma es el memorial de Cristo y es también el tiempo propicio para participar en su historial de camino hacia la Pascua. Para vivir este tiempo de gracia, la Iglesia debe vivir tres dimensiones de vida:

  1. Un camino de fe: la inspiración bautismal de este tiempo litúrgico de Cuaresma invita a todos los cristianos revivir con intensidad la alianza bautismal. El mensaje y la vida de Jesús iluminan continuamente el camino de Fe. La Palabra de Jesús nos llama a creer en el Evangelio, fruto de una verdadera conversión cristiana (Mc 1,15).   Convertirse, para la Iglesia, significa medirse con Jesucristo, la Palabra viva de Dios.
  2. Una escucha más asidua de la Palabra: Un camino de fe no puede recorrerse sin una referencia explícita a la Palabra que la Iglesia distribuye generosamente en este tiempo. En la montaña de la Cuarentena Jesús vence al Maligno con la Palabra de Dios y demuestra que Ella es el verdadero alimento del cristiano. En la Transfiguración se oye la voz de Dios Padre que revela su Palabra: “¡Escúchenlo!” En Cuaresma   la Iglesia da un espacio más amplio a la Palabra leída y meditada, con el pan diario de la Palabra en la Eucaristía y en la Liturgia de las Horas y con apropiadas celebraciones de catequesis bíblica.
  3. Una oración intensa: El Cristo orante que se nos presenta en los dos primeros domingos de la Cuaresma coloca a la Iglesia ante una exigencia interior: La oración personalizada e historizada a partir de la Palabra atentamente escuchada y meditada. Jesucristo vive así su Pascua. Y la Iglesia es invitada a una oración más intensa.

Estas tres dimensiones del mensaje del Evangelio configuran la vida y la labor evangelizadora   del discípulo-misionero, además de prepararnos intensamente a la Semana Santa.