DOMINGO 34 DURANTE EL AÑO – SOLEMNIDAD DE CRISTO REY
Mensaje del profeta Ez 34,11-12.15-17.
Por culpa de sus dirigentes, los malos pastores que en vez de ocuparse de las ovejas, egoístas y avaros sólo buscaron sus propios intereses, ahora Israel es un rebaño disperso. El Destierro en Babilonia es una calamidad que amenaza la supervivencia de Israel. Por ellos Dios va a intervenir y va realizar su plan de liberación y salvación: “Porque así dice el Señor Yahvé: Aquí estoy Yo; Yo mismo cuidaré de mi rebaño y velaré por él” (11). Y en primera instancia las rescata de todos los lugares donde han sido desterradas y dispersadas; las reúne y congrega; las retorna al aprisco y a los pastos de Israel.
Ahora es Dios es el Pastor que se hace cargo de Su pueblo, lo lleva a reposar, lo congrega y cuida, sana sus heridas y lo libera de las tinieblas. Este Pastor tiene además acciones de juez, porque de entre el rebaño separará a quienes, como carneros y chivos, causan problemas internos dentro el pueblo.
Mensaje de la Carta 1Co 15,20-26.28.
El Apóstol afirma que lo más importante es que “Cristo resucitó de entre los muertos” y que su resurrección es un anticipo de la resurrección de los suyos. Con Adán se dio inicio al proceso de muerte y con Cristo se inició la resurrección. ¿Cómo culmina la historia? Al final de los tiempos, cuando el Reino de Dios haya vencido a todos los proyectos de muerte, aquellos que no respetan la dignidad humana ni de la creación; Cristo entregará el Reino a Dios Padre.
Jesús ha instaurado el Reino de Dios en este mundo, no a la usanza de otros reyes a la cabeza de principados y dominaciones, Él vino a ser servidor del Reino, uno en donde prima la paz, la justicia, el amor sobre todas las cosas.
Mensaje del Evangelio de san Mateo 25,31-46.
Estamos ante la última enseñanza de Jesús según el Evangelio de san Mateo. Su lenguaje es sobre todo profético, estas palabras del Maestro describen la venida del Hijo del Hombre en gloria y poder para el juicio; cuando se sienta en el trono y se dispone a juzgar es llamado Rey: los que son juzgados le llaman Señor y Jesús al hablar de su Padre, se presenta también como el Hijo:
Esta imagen del juicio final es la cumbre y el punto culminante del discurso acerca de los últimos tiempos. El Hijo del hombre asume su función de Juez universal y así como el Pastor separa a sus ovejas de las cabras, juzga en función de las obras de misericordia que han puesto en práctica o no.
Toda la humanidad está presente esperando el juicio, todos se dirigen a Jesús llamándolo ¡Señor!, pero la invocación no es suficiente garantía para su salvación. La sentencia provoca asombro en sus oyentes porque está relacionada directamente en cómo fue el trato con el prójimo, en especial con los más necesitados, a quienes el Juez identifica como sus hermanos, con los que se solidariza hasta el punto de considerar que lo que le hacen a los más pequeños se lo hacen a Él mismo.
La humanidad entera está llamada a la salvación, el camino es poner en práctica las obras de misericordia con los más pobres porque Jesús preferentemente está en medio de ellos.
Por: Javier Silva Aparicio
Responsable de la Sección de Animación Bíblica
Área de Evangelización – CEB