DOMINGO 27 DURANTE EL AÑO
Mensaje del profeta Isaías 5, 1-7
El profeta utiliza un motivo simbólico de gran tradición, el de la viña del Señor que es la casa de Israel (Os 10. 1; Jr 2. 21; 5. 10; 6. 9; 3. 14; 27. 2-5). Este pasaje conocido como el canto de la viña, presenta la forma de una parábola.
La enseñanza es clara: a la solicitud amorosa de Dios, el pueblo de Israel ha respondido con la abierta rebeldía a su voluntad, en lugar de hacerlo con el juicio y la justicia, principios que resumen el ideal religioso y social de los profetas y después de los cuidados por parte de Dios: “Cavó la tierra, quitó las piedras, construyó una torre y excavó un lagar” para que diese buen fruto, solo dio racimos amargos (v 2).
Por otro lado, en cantico hace ver que Dios ama a su pueblo como a la obra predilecta de sus manos, como el viñador ama y cuida a su viñedo: “Su plantación preferida” (v 7). Y es por las infidelidades de Israel que Dio se aleja de ellos: “Y ahora les diré a ustedes lo que voy a hacer con mi viña: quitar su valla para que sirva de pasto, derruir su cerca para que la pisoteen. La dejaré arrasada: no la podarán ni la limpiarán, crecerán zarzas y cardos; prohibiré a las nubes que lluevan sobre ella”. Pero al que se arrepiente Dios no le niega perdón: «He disipado como niebla tus rebeliones; como nube tus pecados. Vuelve a mí que soy tu redentor» (Is 44,22) El gran pecado de Israel es no haber descubierto este amor; no haber reconocido que la alianza no solo era un pacto jurídico, a base de sacrificios, sino una alianza de Dios con su pueblo que implicaba un compromiso de reciprocidad.
Textos Paralelos
Sal 80,9-19; Jer 2,21; 5,10; 6,9; 12,10; Ez 15,1-8; 17,3-10; 19,10-14; Is 27,2-5; Mt 21,18s.33-44; Jn 15,1s.
Mensaje de la carta a los Filipenses 4, 6-9
En la parte final de la carta, el Apóstol da a los cristianos de Filipos unos consejos. En primer lugar, les hace una invitación a la estar alegres (4. 4) y la causa de esta alegría es la próxima venida del Señor (v. 5). Por lo que debemos depositar todas nuestras preocupaciones en Él. Por lo que san Pablo añade: «Nada les preocupe». Es una llamada a la serenidad, a la fortaleza que nace de la confianza en Dios, que nos libera de la desesperanza cuando no se tiene en quien confiar.
Nos exhorta a estar siempre en oración en espera de la venida del Señor. Por otra parte, sabemos que Dios nos ama y se ha revelado en su Hijo, por lo que tenemos siempre motivos para dar gracias, así nuestras peticiones deben ir siempre acompañadas incesantemente de la acción de gracias.
La paz que viene de Dios y no es la paz que el mundo da, es la paz que posee el que sabe conjugar en su vida la responsabilidad vigilante y pone en práctica las Palabras de Dios, con la seguridad de una fe agradecida por lo que ya ha recibido en Jesús. Es precisamente la paz que nos protege de falsos temores, nos ayuda a apreciar y aceptar sin desconfianza cuanto de bueno hay en el mundo. Los cristianos tienen que tener siempre abierto la mente y el corazón a los demás.
Textos Paralelos
Dan 12,1; Ap 20,12-15; Mt 6,25-34; 1 Tes 2,13; 2 Tes 3,7.
Mensaje del Evangelio de San Mateo 21,33-43.
En la parábola Jesús denunciaba la cerrazón de las autoridades de Jerusalén ante su mensaje.
La viña fue confiado a unos arrendatarios para que la trabajen, al llegar la cosecha el dueño envía a sus criados para recoger los frutos, empieza una tragedia entre el dueño y los arrendatarios. En tiempo de la cosecha el señor de la viña envía a sus criados para ir a buscar el rendimiento. Pero los viñadores se portan indignamente, golpean a los criados, hasta darles muerte. El dueño de nuevo envió otros criados, un número mayor para dar más crédito a su voluntad y comunicar mayor respeto a los arrendatarios. Pero eso tampoco les hace ninguna impresión, de igual manera que a los primeros los maltratan y asesinan. Por último, el señor se decide enviar mandar a su propio hijo esperando que los viñadores le respetarán. Al contrario, la maldad e los arrendatarios llega a su punto culminante. Al saber que es el hijo y que es el heredero de esas tierras, lo que impediría que en adelante sigan disfrutando de las ganancias, lo capturan, lo arrojan fuera de su heredad y lo matan. Luego Jesús hace que saquen las consecuencias de esta acción, sus adversarios concluyen diciendo: un doble castigo recaerá sobre ellos: el dueño acabará con ellos y dará la viña a otros arrendatarios de confianza.
En este sentido la parábola propone dos acciones: un castigo y una promesa. Los primeros poseedores de la viña serán despojados de su cargo y sustituidos por otros. Donde el nuevo pueblo de Dios será fundado en la sangre de la alianza de Jesús (Mt 26,28). Es en este nuevo pueblo donde la piedra desechada como inútil pasa a ser piedra angular, que sostiene a todo el edificio, toda la Iglesia (Sal 118,22s).
Textos paralelos
Is 5,1s; Dan 2,34s.44s; 7,27; Mc 12,1-12; Lc 20,9-19; Mt 22,6; Heb 13,12; Sal 118,22s;
Por: Javier Silva Aparicio
Responsable de la Sección de Animación Bíblica
Área de Evangelización – CEB
