Rincón litúrgico n° 28

Rincón litúrgico n° 28 A: LA CELEBRACIÓN LITÚRGICA: RITOS DE CONCLUSIÓN

Los Ritos de Conclusión o de Despedida son muy simples y breves. Los fieles de la Asamblea celebrante debemos estar muy atentos a participar en ellos:

  1. Avisos de la Comunidad: Los avisos importantes para la vida de la Comunidad, que deben estar centradas en la Eucaristía, deben hacerse después de la Oración Presidencial que sigue a la Comunión, nunca en la Homilía, ni durante el silencio de coloquio con el Señor que los fieles tienen luego de la comunión sacramental.  Los da el Sacerdote u otro Ministro, Diácono o Lector, evitando alargarse. Se evitará publicidad, propaganda o alusiones monetarias. Para ello debe usarse un lugar fuera del Templo u otros medios de comunicación (boletín, afiches, carteles). Hay que ser sobrios en dar horarios y fechas en los avisos orales.
  1. Saludo y Bendición: El Misal ofrece una variedad de bendiciones más solemnes según los tiempos litúrgicos y las fiestas. El Diácono, a falte de éste el mismo Sacerdote dice: “¡Inclinemos la cabeza para recibir la bendición!” u otra fórmula semejante. Y con las manos extendidas sobre la Asamblea el Sacerdote imparte la bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. En su Nombre iniciamos la celebración y con su bendición la concluimos. También puede utilizarse, extendiendo las manos, una de las 26 oraciones sobre el pueblo. Estas oraciones enriquecen el sentido de la Bendición y llaman a un compromiso de salir y llevar la Liturgia a la vida diaria. La tradición de nuestra liturgia las recomienda para los días penitenciales, especialmente en Cuaresma.
  2. Despedida: Saber despedirse es también un arte. Un clima familiar, fraternal da a la celebración una conclusión muy agradable. Es preciso que la Eucaristía tenga conexión con la vida; que salgan los fieles con un compromiso, con una esperanza, y con la sensación de haber crecido en la fraternidad y la decisión de dar testimonio en medio de la sociedad. La fórmula “pueden ir en paz” es una despedida y un envío misional. Como el Señor resucitado a los discípulos también a nosotros se nos envía con la misión de ser testigos hasta el fin de los tiempos. Antes de retirarse, el Sacerdote venera el Altar, besándolo. Si hay un Diácono, también él besa el Altar.

Canto final

Se forma la procesión de salida. La Asamblea ha sido disuelta. La Asamblea puede despedirse con un canto final, aunque éste NO hace parte de la estructura de la Liturgia, pero expresa la devoción de los fieles hacia algún personaje de la historia de la salvación o por un acontecimiento singular. En Cuaresma se recomienda salir en silencio. En cualquier caso, es muy bueno que los fieles manifiesten su alegría y compromiso de vivir lo que han celebrado. Tendría que haber una cordial despedida a la puerta del Templo, y no sólo por parte del Sacerdote, sino de todos, unos de otros.