Hoy nuestra Iglesia celebra la fiesta de la Sagrada Familia, de Jesús, María y José. La liturgia nos invita a reflexionar la experiencia de esta pequeña familia de Nazaret, que a través de su sencillez nos muestra cómo se acoge y custodia la vida gozosamente, constituyéndose en un espacio para crecer «en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres” (Lc 2,52).
«La alianza de amor y fidelidad, de la cual vive la Sagrada Familia de Nazaret, ilumina el principio que da forma a cada familia, y la hace capaz de afrontar mejor las vicisitudes de la vida y de la historia. Sobre esta base, cada familia, a pesar de su debilidad, puede llegar a ser una luz en la oscuridad del mundo» (Amoris Laetitia 66).
¿A qué nos invita la Sagrada Familia?
La fiesta de la Sagrada Familia, que se celebra dentro de la Octava de Navidad, es una invitación a profundizar en el amor familiar, examinar la propia situación del hogar y buscar soluciones que ayuden al papá, la mamá y los hijos a ser cada vez más como la Familia de Nazaret.
¿Qué podemos aprender de la Sagrada Familia?
Aprendemos a escuchar, a meditar, a asimilar el sentido profundo y misterioso de esta sencilla manifestación del Hijo de Dios entre los hombres. Nos enseña el significado de la familia, su comunión de amor, su sencilla y austera belleza, su carácter sagrado e inviolable, lo dulce e irreemplazable que es su pedagogía y lo fundamental e incomparable que es su función en el plano social.
El Papa Francisco nos dice:
«¡Apoyemos, pues, a la familia! Defendámosla de todo lo que comprometa su belleza. Acerquémonos a este misterio de amor con asombro, discreción y ternura. Y comprometámonos a salvaguardar sus vínculos preciosos y delicados: hijos, padres, abuelos… Necesitamos estos vínculos para vivir y vivir bien, para hacer la humanidad más fraterna».(Mensaje del 19 de marzo 2021).
«Que la Virgen María, esposa de José y madre de Jesús, proteja a nuestras familias».
4ta. Página Hoja Dominical «Día del Señor»