Carisma
El amor a Cristo Crucificado e ir al encuentro del crucificado del que es menos valorado y menos tomado en cuenta. María acompaña a Cristo en la Cruz hasta el final. Pasión, muerte, crucifixión por el modelo de María y espacio pascual.
Año de fundación de la congregación en Bolivia
Llegamos el 4 de agosto de 1995 en el momento que se conformaba la Diócesis de El Alto.
¿Cuántas hermanas tiene la congregación en Bolivia?
Somos dos hermanas: una boliviana y una española.
¿Qué poblaciones acompaña la congregación?
Migrantes mineros de municipios de La Paz, población originaria de habla aimara, niñas y niños en completo abandono.
¿Cuáles son los apostolados más significativos que tienen?
Fundamos el Centro Infantil «Virgen de la Esperanza». Recibimos a niños y jóvenes desde los 8 hasta los 18 años. Les brindamos apoyo escolar y seguimiento académico en las diferentes asignaturas, se quedan dos horas estudiando y los formamos en fe y valores para la vida.
También trabajamos con las mamás: Formación en autoestima, emociones e historia personal desde su autobiografía y fortalecimiento del ejercicio de derechos, autovaloración y el vivir dignamente. Las acompañamos en el empoderamiento, desde la mirada introspectiva hasta el de la sociedad. Nos llegan mujeres y mamás jóvenes desde 20 hasta 60 años de edad. Formamos grupos de vida de veinte personas y con ellas armamos espacios de encuentro, convivencias y talleres en temáticas que les ayuden a superarse.
Concienciamos la autovaloración desde la niñez para que aprendan a quererse a sí mismos, a su familia y luego a la sociedad. Con esto pretendemos frenar la deserción escolar, apoyamos a madres solas que tienen siete, nueve y diez niños en casa y deben salir a trabajar. Ahí estamos nosotras para apoyarlas. También brindamos el acompañamiento en escuelas de padres y madres y profundizamos la formación para la vida en paternidad. Acompañamos la pastoral vocacional en la Diócesis de El Alto con el objetivo de promover la fe y el encuentro con Dios en los jóvenes.
Apoyamos en la pastoral catequética en la Parroquia «Virgen de la Esperanza» VB Municipal con todos los sacramentos. Colaboramos en las liturgias diarias y dominicales, acompañamos a la comunidad parroquial en la formación de agentes pastorales, formamos laicos para que sean ministros de eucaristía.
¿Podrían compartir algunas experiencias relevantes que marcaron la vida de la congregación?
Llegamos a la ciudad de El Alto por invitación e insistencia del Mons. Jesús Juárez (Obispo), que es hermano de sangre de la hermana María. Fuimos la primera congregación en llevar hábito y, por susceptibilidad con la comunidad, nos lo quitamos. Fue una época muy triste por ser una zona rural en todo el sentido de la palabra: barrios pobres, construcciones de adobe, no había alcantarillado.
En la actualidad, nos alegra mucho observar que los niños y jóvenes que pasaron por nuestras aulas retornan al Centro siendo ya profesionales, nos visitan, hacen voluntariado y esto es porque trascendió la consciencia del espíritu de solidaridad. Algunos ya hicieron familia y vienen con sus hijos, sus esposos (as). Las mamás realizan actividades para algunas necesidades básicas que siempre faltan en una institución: compra de material escolar, escritorio y de limpieza, alimentos nutritivos perecederos, calzados y otros.
Durante la pandemia del COVID-19, dotamos de alimentación, medicamentos, ropa; dimos charlas de concienciación sobre la enfermedad porque había mucha resistencia a hacerse vacunar. Muchas de las personas no creían en la enfermedad, se curaban con medicina natural y rechazaban a todo personal de salud.