Domingo 27 durante el Año Litúrgico (ciclo B)
PRIMERA LECTURA: Gn 2, 4b. 7a. 18- 24. Llegan hacer una sola carne.
El relato del capítulo 2 del libro del Génesis presenta al hombre creado por Dios. Dios, que ha visto que era «bueno» todo lo que había creado (Gn 1), vio que «no es bueno que el hombre esté solo» (2,18). Los animales, con toda la variedad de sus especies, no están en condiciones de colmar el vacío existencial del hombre. Dios presenta a la mujer creada al hombre (2, 22). El hombre reconoce en la mujer a una criatura igual a él en dignidad (2, 23). Está unido a ella con un vínculo más fuerte que con cualquier otro ser. Este relato expresa la convicción de que hombre y mujer tienen características propias, pero son esencialmente iguales en dignidad. El texto lo expresa al decir «es carne de mi carne…».
SEGUNDA LECTURA: Hb 2, 9-11. El que santifica y los que son santificados tienen un mismo origen.
El escrito a los Hebreos presenta la Persona de Jesús y su misión, sacando a la luz sus características únicas. Jesús es el Hijo (Heb 1,1-4) у su dignidad no es comparable a la de ningún otro ser. Jesús, en cuanto hombre y, tras haber renunciado a sus privilegios divinos (Flp 2,6-8) en virtud de la Pasión y de la Resurrección, vive ahora glorioso para siempre y se le tributa todo honor (2, 9b). Por el sufrimiento y la muerte que ha padecido, obedeciendo al Padre, Jesús se ha convertido en fuente de salvación para todos (2, 9c). Jesús, Hijo de Dios y hermano de los hombres, no pierde a ninguno de los que el Padre le ha dado, sino que es el camino de salvación para todos.
EVANGELIO: Mc 10,2-16. Que el hombre no se separe lo que Dios ha unido.
En su viaje hacia Jerusalén, Jesús se dedica especialmente a instruir al grupo de los discípulos y en este relato les da una enseñanza particular. Ante la pregunta de los fariseos, como también en otras ocasiones que señalan los evangelistas, ponen una trampa a Jesús para demostrar su culpabilidad de quebrantador de la ley. Le plantean la cuestión de la posibilidad del divorcio (10, 2). Jesús pone en primer plano la voluntad de Dios tal como se manifestó en el acto creador. el hombre y la mujer han sido creados varón y mujer y están llamados a la unidad en la complementariedad, en la unión inseparable.
La Palaba de Dios nos presenta la unidad entre el hombre y la mujer y del carácter inseparable del vínculo matrimonial. Está claro el proyecto divino respecto al matrimonio, es un proyecto de amor, vida, armonía, luz y unidad. La intención de Dios es que el varón y la mujer se unan por amor en el matrimonio de modo que ya no sean dos personas sino una sola. Los fariseos hablan de las causas del divorcio, Jesús habla de la fuerza del amor que une. Hoy los matrimonios enfrentan dificultades para vivir la fidelidad y la indisolubilidad de la pareja, pese a esta realidad la Palabra de Dios les da la fortalezca para vivir su matrimonio, como comunidad de amor.
Preguntas de reflexión
¿Renuevo, en la oración, mis compromisos cristianos del Sacramento del Matrimonio?
Como seguidores de Jesucristo, ¿qué hago para conservar la unidad en el Sacramento del Matrimonio?
Hoja Dominical «Día del Señor»
Foto portada: https://es.la-croix.com/