6 de octubre 2024
EVANGELIO: Mc 10,2-16. Que el hombre no se separe lo que Dios ha unido.
En su viaje hacia Jerusalén, Jesús se dedica especialmente a instruir al grupo de los discípulos y en este relato les da una enseñanza particular. Ante la pregunta de los fariseos, como también en otras ocasiones que señalan los evangelistas, ponen una trampa a Jesús para demostrar su culpabilidad de quebrantador de la ley. Le plantean la cuestión de la posibilidad del divorcio (10, 2). Jesús pone en primer plano la voluntad de Dios tal como se manifestó en el acto creador: el hombre y la mujer han sido creados varón y mujer y están llamados a la unidad en la complementariedad, en la unión inseparable.
La Palaba de Dios nos presenta la unidad entre el hombre y la mujer y del carácter inseparable del vínculo matrimonial. Está claro el proyecto divino respecto al matrimonio, es un proyecto de amor, vida, armonía, luz y unidad. La intención de Dios es que el varón y la mujer se unan por amor en el matrimonio de modo que ya no sean dos personas sino una sola. Los fariseos hablan de las causas del divorcio, Jesús habla de la fuerza del amor que une. Hoy los matrimonios enfrentan dificultades para vivir la fidelidad y la indisolubilidad de la pareja, pese a esta realidad la Palabra de Dios les da la fortalezca para vivir su matrimonio, como comunidad de amor.
CANTO DE ENTRADA
ACTO PENITENCIAL
GLORIA
SALMO RESPONSORIAL 127, 1-6
CANTO DE LAS OFRENDAS
SANTO
CORDERO
CANTO DE COMUNIÓN
CANTO FINAL