-Consecuencia de la unidad con Cristo: Podemos estar unidos por la fe, podemos enseñar en su Nombre, e incluso hacer milagros, pero si no producimos obras de amor, nuestra fe está muerta.
-Permaneciendo en Él, el sarmiento produce frutos y cuando esto sucede, la fe se expresa en actos de amor. La fe se fortalece en la fidelidad a Cristo en momentos difíciles.
-Los cristianos no escuchamos el Evangelio como una historia pasada. Cristo nos lo dice hoy y aquí a cada uno. De la Escritura pasa a ser Palabra viviente. Cada uno se lo aplica en su interior. Y, además, la Palabra nos interpela y a traducirla en vida.
Produzcan mucho fruto. Imploremos juntos la gracia de vivir siempre un nuevo Pentecostés.
SUGERENCIAS PARA LA CELEBRACIÓN:
- Rito de entrada solemne. Llevar la vid y las ramas, símbolo del mensaje del Evangelio: Cristo es el tronco y nosotros las ramas.
- El Cirio pascual tiene que estar expuesto en un lugar visible.
- Se puede adornar con la frase del Evangelio: «Yo soy la vid, ustedes las ramas. Quien permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto.» (Jn 15,5) – En la Homilía explicar en qué consiste la unión con Cristo.
- En el momento más oportuno profundizar el significado del Cirio, de las uvas, de las ramas y la frase del Evangelio.
- Mencionar la devoción a María unida a la liturgia de la Iglesia.
- Antes de abandonar el Templo, rezar juntos: «Quédate con nosotros Señor».
ORACIÓN
«Quédate con nosotros, Señor, En nuestras familias,…en nuestros hogares, Quédate con los pobres y humildes, quédate, Señor, con nuestros niños y jóvenes quédate con nuestros ancianos y enfermos.
Señor, quédate con todos tus hijos e hijas para que vivamos guiados por tu Espíritu, como Discípulos Misioneros de tu Hijo capaces de Escuchar, Aprender para Anunciar.
Queremos recomenzar nuestra fe desde el encuentro con tu Hijo y salir al encuentro de los demás.
Queremos un nuevo Pentecostés en nuestras comunidades, en nuestras familias, en nuestra Iglesia en la vida de cada discípulo misionero en Bolivia.
Señor, Padre de nuestro Señor Jesucristo, manifiesta tu gloria. Que produzcamos muchos frutos, para así llegar a ser tus auténticos discípulos misioneros.
María, madre nuestra, gracias por tu amor gracias por tu fidelidad, acompáñanos en nuestro caminar.
Madre gracias por tu cariño y amor. Amén.
4ta pág. Hoja Dominical «Día del Señor»