Reflexionando sobre el mensaje del Evangelio de este domingo.
- Jesús no le dijo a la suegra de Pedro “resígnate”, “porque es una prueba de Dios”, sino que, tomándola de la mano, la levantó y la sanó.
- Tampoco dirigió un sermoncito a los demás enfermos y poseídos del demonio, sino que los curó y liberó.
- No aprovechó las circunstancias para atraerlos a su grupo, sino que actuó respetando la libertad y dignidad de las personas enfermas.
- Jesús no hizo un show de sanación, sino que cumplió con la misión que Dios Padre le ha encargado: sanar y salvar.
- No buscó publicidad ni popularidad, sino que actuó como servidor de todos, especialmente de los más necesitados.
- No cobró por su actuación ni exigió diezmos, sino que procedió gratuitamente, testimoniando el amor universal de Dios Padre.
- Jesucristo no es el predicador que deja resignado a los seres humanos. Nosotros, los cristianos, no podemos dejar igual el ambiente donde vivimos y trabajamos.
Levantar, sanar, liberar, curar, respetar, actuar, proceder, luchar por transformar la realidad, son las acciones claves de Jesucristo en el Evangelio de san Marcos, que nosotros, cristianos y cristianas, debemos continuar.
Hoja Dominical «Día del Señor»