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Este domingo celebramos a Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo

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Este domingo celebramos a Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo

Prensa CEB 20.11.2025. Este domingo, la Iglesia Católica celebra la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, una festividad que cierra el Año Litúrgico y nos invita a reflexionar sobre la realeza de Cristo en nuestras vidas.

Esta Solemnidad fue instituida en 1925 por el Papa Pío XI con el objetivo de responder al secularismo y ateísmo que amenazaban el reconocimiento de Dios en la sociedad, esta celebración recuerda que Cristo reinará por toda la eternidad. La festividad marca la conclusión del Año Litúrgico y también simboliza el inicio del tiempo de Adviento, marcado por la esperanza y la expectativa de la segunda venida de Jesús, nuestro Rey y Pastor universal.​

Durante esta solemnidad, la Iglesia invita a los fieles a proclamar públicamente la realidad de Jesús en todos los ámbitos de la vida. La celebración no solo implica la celebración de la Eucaristía, sino también una llamada a vivir en obediencia y fe en el Señor, quien, según las Escrituras, tiene autoridad universal sobre toda la creación. La realeza de Cristo se fundamenta en su encarnación y sacrificio en la cruz, siendo el Rey bondadoso que guía a su pueblo hacia el Reino Celestial, siendo un ejemplo de humildad y servicio.​

En este día, los feligreses renuevan su compromiso de seguir los pasos de Cristo, proclamando su amor. Las parroquias y comunidades realizarán misas, y adoración en honor a su Rey, reafirmando la esperanza en la victoria final de Cristo y en la transformación del mundo según su Reino de paz y justicia.

Comentario Bíblico para este domingo.

JESÚS EJERCE LA AUTÉNTICA FORMA DE SER REY

PRIMERA LECTURA: 2Sm 5,1-3. Ungieron a David como rey de Israel.

En presencia de las tribus, David es ungido como rey por los ancianos de Israel; se establece un pacto entre los ancianos y el rey delante del Señor y de las tribus.

El pueblo quiere un rey cercano, que camine con su pueblo «somos de tu misma sangre», asi el reinado de David debe ser diferente al de otros reyes. Su misión es unificar a las tribus y apacentar al pueblo, cuidar de él; el reinado de David marca la historia de Israel, alrededor de él se construye un pueblo unido.

SEGUNDA LECTURA: Col 1,12-20. Nos hizo entrar en el Reino de su Hijo muy querido.

En este antiguo himno cristiano, el Apóstol afirma, que por Cristo se da la reconciliación de la creación con Dios. Con la instauración de su proyecto, el Reino de Dios, se establece la paz entre los seres humanos, entre todos los pueblos y con Dios. La Humanidad entera está Ilamada a «participar de la herencia luminosa de los santos», a ser luz en este mundo.

EVANGELIO: Lc 23,35-43. Señor, acuérdate de mi cuando llegues a tu Reino.

La mayoría de los contemporáneos de Jesús no entendieron el signo del Reino de Dios. Se aferraron a las ideas sobre un rey temporal, que recrearía la grandeza de Israel. En cuanto a los romanos, despreciaron a Jesús como rey (23,36). Para los romanos, Jesús como rey habla sido un fracaso. Pero sorprendentemente fue un «ladrón» crucificado lado a lado con Jesús, el que recibe la gracia de entender qué era el Reino de Jesús.

El instaura la auténtica forma de ser Rey: «un Reino de verdad y de vida, de santidad y de gracia, de justicia, de amor y de paz». Jesús se opone a ser coronado rey al estilo de este mundo; la tentación de los poderes de este mundo lo persiguen a lo largo de todo su ministerio y Él las rechaza hasta el final de su vida. En la cruz responde con el perdón y la promesa del Reino a todas las burlas e insultos que sufre. El Reino de Jesús libera del pecado, la muerte y toda forma de esclavitud y de deshumanización. Un Reinado que busca la restauración de la vida, de la creación entera, un Reino con relaciones fraternas y no autoritarias, donde cada quien goce de una auténtica paz con justicia y libertad. Asi, al final, el «buen ladrón» pide ser recordado en el Reino de la Gloria de Jesús.

Y Jesús le concede mucho más, invita al hombre, sin tardanza, a compartir su Reino. Es aquí donde debemos enmarcar la vida y testimonio del laico cristiano católico. Los laicos somos llamados a extender el Reino de Dios en todos los sectores del país, somos colaboradores de Cristo en la siembra y crecimiento del Reino de Dios en el mundo.

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