María Santísima es el personaje central del tiempo de Adviento. El Evangelio de hoy la presenta como modelo de creyente, portadora de buenas noticias, primera misionera que lleva el mensaje de alegría.
Contemplemos el encuentro de estas dos mujeres portadoras de vida, que se alegran y celebran la obra de Dios en cada una de ellas.
María de Nazaret:
✔ Toma la iniciativa de asistir a Isabel, ya mayor y embarazada, se levanta, con prontitud, con disponibilidad y va a la casa de Isabel, atravesando Palestina.
✔ Con la llegada de María junto a Isabel, el niño Juan que ella tiene en su seno, reconociendo la Presencia del Mesías en el seno de María Santísima, salta de gozo, manifestando la alegría de la realización de la espera del Señor.
✔ Es la mujer creyente: Ella ha creído que Dios actúa realmente, Ella ha creído que colaboraba en la obra de Dios.
✔ Es la mujer madre: Hay que valorar la experiencia personal de María como madre, los nueve meses de llevar al Hijo en su seno, el amor que va creciendo.
Isabel, madre de Juan el Bautista:
✔Es la primera mujer en reconocer, manifestar y revelar la presencia de Jesús, el Salvador, el Mesías en el seno de María Santísima.
✔ Hace una gran profesión de fe, al dar a conocer la identidad del Hijo que espera María; en primer lugar, destaca la situación de María: «ella es bendita entre las mujeres»; en segundo lugar, manifiesta la dignidad de la que María lleva en su seno, «bendito es el fruto de tu vientre» (1,42); en tercer lugar, Isabel la llama a María, Madre de mi Señor (1,42).
✔ Llena del Espíritu Santo proclama a María: «Bendita entre las mujeres», reconoce lo que sucede el Ella, revela la identidad del Hijo que María tiene en su seno, la proclama como «Madre del Hijo de Dios», «Madre de mi Señor» (1,43).
✔ Exclama: «Dichosa por haber creído» y confirma el cumplimiento de lo anunciado por el Ángel Gabriel, le dice: «Se cumplirán las cosas que le fueron dichas de parte del Señor» (1,45).
4ta. Página Hoja Dominical «Día del Señor»