La Palabra de Dios nos pone hoy frente a dos maneras de vivir:
La de Jesucristo y la de las dos mujeres viudas (Re 17,8-16) (Mc 12,38-44) (Sal 145)
Felices
Porque BUSCAN ser auxiliados por Dios.
ESPERAN en Dios con nosotros, Señor de la vida y la historia, Creador del cielo, la tierra, el mar y todo cuanto contienen.
CREEN que Él es fiel perpetuamente, PARA:
Santificarnos en sus sacramentos
Hacer justicia a quienes viven en la esclavitud.
Alimentar a quienes padecen hambre.
Liberarnos de nuestras cadenas.
Abrir nuestros ojos que están ciegos.
Enderezarnos cuando nos persiguen.
Acoger a los migrantes.
Cuidar de los huérfanos y de las viudas.
amar a quienes trabajan por la solidaridad.
Anunciar el mensaje del Evangelio como discípulo misionero.
La de los que quieren dominar nuestro mundo (Mc 12,38-40) (Sal 145)
Que se complacen de forma egoísta caminando orgullosos por las calles,
recibiendo saludos y aplausos en las plazas de la ciudad,
ocupando los primeros lugares en los templos y en las fiestas haciendo planes que no pueden salvar,
porque practican la maldad, devorando los bienes de las viudas,
mientras fingen recitar largas oraciones, y entregar generosas limosnas.
Dios, confundirá sus caminos, al morir, serán polvo y sufrirán una severa condena.
JESUCRISTO,
Una vez, por siempre, vencedor de todo pecado por su vida ofrecida en la Cruz, nos invita a seguirle, Hoy, ahora, y siempre, es Salvador de quienes esperamos en Él.
NUESTRA FELICIDAD Y SALVACIÓN Y LAS DE LA HUMANIDAD DEPENDEN DE NUESTRA RESPUESTA
Hoja Dominical «Día del Señor»