El Evangelio de este domingo, plantea el progresivo descubrimiento de Jesús que van haciendo sus contemporáneos. La curación del sordomudo es una manifestación de Jesús, ante la cual la gente reacciona y afirma: «Todo lo ha hecho bien, hace oír a los sordos y hablar a los mudos».
Nosotros también estamos descubriendo a Jesús. A pesar de que le conozcamos desde hace muchos años, la Persona de Jesús siempre nos sorprende. En efecto:
- La actitud de Jesús con el sordomudo nos enseña el trato de cercanía, solidaridad, compasión y amor que debemos tener con quienes sufren.
- Jesús al sanar al sordomudo, le libera de su encierro, le devuelve la capacidad de oír y hablar y de comunicarse con los demás.
- Jesús ha venido para librarnos, para abrir nuestro corazón, nuestra mente, nuestra voluntad y vivir en plenitud la relación con Dios, con los hermanos y con la creación.
- El Señor sane nuestra sordera a su Palabra y nos devuelve el habla para proclamar su mensaje.
La Iglesia nos exhorta:
La enseñanza que sacamos de este episodio es que Dios no está cerrado en sí mismo, sino que se abre y se pone en comunicación con la humanidad. En su inmensa misericordia, supera el abismo de la infinita diferencia entre Él y nosotros, y sale a nuestro encuentro. Para realizar esta comunicación con el hombre, Dios se hace hombre: no le basta hablarnos a través de la ley y de los profetas, sino que se hace presente en la Persona de su Hijo, la Palabra hecha carne. Jesús es el gran <> que construye en sí mismo el gran puente de la comunión plena con el Padre. Pero este Evangelio nos habla también de nosotros: a menudo nosotros estamos replegados y encerrados en nosotros mismos, y creamos muchas islas inaccesibles e inhóspitas. Incluso las relaciones humanas más elementales a veces crean realidades incapaces de apertura recíproca: la pareja cerrada, la familia cerrada, el grupo cerrado, la parroquia cerra- da, la patria cerrada… Y esto no es de Dios. Esto es nuestro, es nuestro pecado. (Papa Francisco, Ángelus, Domingo 6 de septiembre de 2015)
Dios nos habla cada día: del 9 al 15 de Septiembre 2024.
Liturgia de las Horas: III Semana.
Lunes: 1Co 5,1-8; Sal 5,5-7.12; Lc 6,6-11
Martes: 1Co 6,1-11; Sal 149, 1-6a.9b; Lc 6,12-19
Miércoles: 1Co 7,25-31; Sal 44,11-12.14-17; Lc 6-20-26.
Jueves: 1Co 8,1b-7.11-13; Sal 138,1-3-14ab.23-24; Lc 6,27-38 o Lc 1,26-38
Viernes: 1Co 9,16-19.22b-27; Sal 83,3.4.5-6.12; Lc 6,39-42
Sábado: Fiesta, Exaltación de la Santa Cruz: Nm 21,4b-9; o Fil 2,6-11; Sal 77,1-2.34-35.36-37.38; Jn 3,13-17
Domingo 24 Durante el Año: Is 50,5-9a; Sal 114,1-4.5-9; St 2,14-18, Mc 8,27-35
Hoja Dominical «Día del Señor»