PRIMERA LECTURA: Jos 24, 1-2ª. 15-17.18b. Serviremos al Señor, ya que Él es nuestro Dios.
Esta lectura presenta un momento crucial en la historia de la salvación de Israel, ya que marca su constitución como pueblo. Josué reúne a todas las tribus de Israel en Siquem y les insta a elegir a quién quieren servir. Les recuerda la fidelidad de Dios y el pacto que tienen con Él, quien los liberó de la esclavitud en Egipto. En respuesta, el pueblo se compromete a servir y dar testimonio siguiendo el camino de la fidelidad. Firman un pacto para no reconocer a ningún otro dios que no sea el Señor. Esta alianza tiene un sentido dual: en primer lugar, de manera vertical, ya que todas las tribus se compromete a servir exclusivamente a Yahvé; en segundo lugar, de manera horizontal, dado que la fe compartida crea un sentido de solidaridad y pertenencia entre las tribus. Es notable la repetición de la palabra «servir» en el pasaje, lo cual implica la fidelidad a la fe, el servicio cultual y una respuesta positiva a los mandamientos de Dios.
SEGUNDA LECTURA: Ef 5,21-33. Éste es un gran misterio: se refiere a Cristo y a la Iglesia.
El texto sagrado resalta la importancia del amor, el respeto y la entrega mutua en la relación matrimonial, estableciendo princípios para guiar las interacciones dentro de la familia cristiana. A través de la carta, se explora el misterio de la salvación mediante una comparación de gran significado: la unión de Cristo y los creyentes en un solo cuerpo, la Iglesia, con Cristo como su Cabeza. Así el Apóstol llega a presentar el «misterio de amor» entre Cristo y la Iglesia, mirando la unión matrimonial entre esposo y esposa como punto de comparación. Es fundamental resaltar que el amor entre Cristo y la Iglesia no se refleja únicamente en la experiencia del amor conyugal, sino que, es la relación matrimonial la que simboliza y representa sacramentalmente el amor entre Cristo y su Iglesia.
EVANGELIO: Jn 6,60-69 ¿A quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.
San Juan relata una crisis entre los discípulos al escuchar las enseñanzas desafiantes de Jesús, lo que lleva a muchos de ellos a escandalizarse y abandonarlo. Jesús les revela que es el Espíritu quien da vida y que sus palabras son vida. Además, reflexiona sobre el misterio eucarístico y la naturaleza del Hijo del Hombre, resaltando su Ascensión al cielo y su condición de Resucitado de entre los muertos. También enfatiza que nadie puede acercarse a Él si no es por voluntad del Padre, ya que comunica la misma vida de Dios. Sin la ayuda del Espíritu, sin el don de la fe, toda la vida de Jesús se convierte en un constante escándalo. Ante la pregunta de Jesús a los Doce sobre si también quieren marcharse, Pedro, como portavoz de ellos, reafirma su fe en Jesús como el Santo de Dios, reconociendo que Él trae consigo Palabras de vida eterna y creyendo en Él. Este pasaje subraya cómo Jesús, ante el abandono de muchos discípulos, resalta la importancia de la fe en favor de Jesús y camino hacia la vida eterna.
Preguntas de reflexión:
- Mi fe sufre, de vez en cuando, momentos críticos. ¿Cuál es mi reacción?
- El amor de Cristo a la Iglesia es el fundamento del amor entre esposos cristianos ¿Qué hago para que en mi familia este mensaje sea una realidad?
Hoja Dominical «Día del Señor»