En el marco de nuestra Reflexión dominical en clave ecológica, nos encontramos con un llamado profundo y urgente a cuidar de nuestra Creación. Desde la humildad de Amós, el mensaje del Salmo 84 sobre la interconexión entre la misericordia de Dios y nuestra responsabilidad ambiental, como la carta a los Efesios nos exhorta a actuar con sabiduría y entendimiento, reconociendo que toda la Creación está bajo la cabeza de Cristo, a ello se suma que el Evangelio de Marcos subraya la simplicidad y la interdependencia necesarias para una vida que respete y preserve los recursos naturales. Profundicemos en cada lectura:
PRIMERA LECTURA
La lectura de la profecía de Amós 7, 12-15 nos invita a reflexionar sobre nuestra responsabilidad en el cuidado de la Creación. Amós, un humilde pastor y cultivador de sicómoros, recibe un llamado divino para profetizar, demostrando que todos estamos llamados a proteger la Tierra, sin importar nuestra ocupación. Su obediencia y humildad nos inspiran a adoptar una actitud de servicio y respeto hacia la naturaleza, actuando con amor y responsabilidad. A pesar de enfrentar resistencia, la firmeza de Amós nos anima a perseverar en nuestras acciones ecológicas, confiando en la guía divina. Los elementos clave para cuidar la Creación que se destacan son la vocación universal al cuidado del medio ambiente, la humildad y servicio en nuestras acciones, la obediencia a los principios divinos y la perseverancia ante los desafíos.
SALMO RESPONSORIAL
El Salmo 84, 9ab. 10-14 nos invita a una reflexión ecológica que nos anima a cuidar la Creación, reconociendo la interconexión entre la misericordia divina y nuestra responsabilidad como guardianes del mundo natural. El Salmo proclama que “el Señor promete la paz para su pueblo y sus amigos” y que “su salvación está muy cerca de sus fieles”, recordándonos que el bienestar humano está ligado a la salud de la tierra. Cuando pedimos, “Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación», imploramos también por la sabiduría y el valor para proteger nuestro planeta. La unión del Amor y la Verdad, y el abrazo de la Justicia y la Paz, nos enseñan que la verdadera paz incluye un compromiso con la sostenibilidad.
SEGUNDA LECTURA
La lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso 1, 3-14 nos invita a reconocer la grandeza y el amor eterno de Dios, manifestados en la creación y redención de todo lo que existe. Al ser bendecidos en Cristo y elegidos para ser santos e irreprochables, estamos llamados a cuidar la Creación como una expresión de nuestra santidad y responsabilidad. La redención que recibimos por medio de Jesucristo nos da sabiduría y entendimiento para actuar conforme a la voluntad de Dios, que incluye la protección de la naturaleza. La interconexión de todas las cosas bajo Cristo nos recuerda que nuestras acciones impactan el equilibrio del mundo.
EVANGELIO
La lectura del Evangelio según san Marcos 6, 7-13 nos invita a reflexionar sobre la simplicidad y la interdependencia en nuestra relación con la Creación. Jesús envía a los Doce con instrucciones de llevar solo lo esencial, resaltando la importancia de vivir de manera sostenible y confiar en la providencia divina y en la hospitalidad de la comunidad. Este llamado a la simplicidad nos recuerda que debemos evitar el consumo excesivo y cuidar los recursos naturales que Dios nos ha dado. La misión de predicar la conversión, expulsar demonios y curar enfermos refleja nuestro deber de sanar tanto espiritual como físicamente la Creación, combatiendo prácticas destructivas y promoviendo la justicia ambiental. La instrucción de sacudir el polvo de los pies en lugares que no los reciban nos anima a perseverar en nuestra misión ecológica, incluso ante la resistencia.
A MODO DE CIERRE
La humildad de Amós nos enseña a obedecer el llamado divino a ser guardianes de la tierra. El Salmo 84 nos recuerda la interconexión entre la misericordia de Dios y nuestra responsabilidad ambiental. La carta a los Efesios nos exhorta a actuar con sabiduría, reconociendo que toda la Creación está bajo la cabeza de Cristo, mientras el Evangelio de Marcos subraya la necesidad de vivir con simplicidad y respeto hacia los recursos naturales. Como dice el Papa Francisco en Laudato Si’, “La humanidad aún tiene la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común” (Laudato Si’ 13). Inspirados por estas reflexiones, pedimos: “Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación”, comprometiéndonos a cuidar nuestra casa común.
Por E. Marcial Riveros Tito