El Evangelio de este domingo nos presenta las reacciones que se dieron ante la Persona de Jesús. Reacciones de incomprensión (los familiares), motivadas por el interés (le siguen porque cura enfermos y multiplica panes), de comprensión superficial (de los discípulos), o de hostilidad total (fariseos y dirigentes religiosos).
En el Evangelio aparecen dos motivos de increencia: 1) Jesús les parece muy sencillo, hombre de poca importancia como para ser el Enviado de Dios: ¿cómo puede hablar Dios, el todopoderoso a través de un artesano como es, «el hijo de María», sin preparación académica, a quien conocen desde hace tiempo?, ¿cómo puede llegar el Mesías liberador con rasgos tan vulgares? 2) El Mensaje que predica Jesús no es como el de los escribas que explican «sabiamente» la Ley de Dios. Es un mensaje personalizado y exigente: Jesús se presenta como el Enviado de Dios y propone un Reino muy interior y comprometido. Si le aceptan, tienen que aceptar también su Mensaje.
LA IGLESIA NOS EXHORTA
«Jesús, después de dejar Nazaret, cuando tenia cerca de «treinta años», y de predicar y obrar jeg curaciones desde hacía algún tiempo en otras partes, regresó una vez a su pueblo y se puso a san enseñar en la sinagoga. Sus conciudadanos ‘quedaban asombrados’ por su sabiduría y, dado que lo conocían como el ‘hijo de Maria’, el ‘carpintero’ que había vivido en medio de ellos, en lugar de acogerlo con fe se escandalizaban de él. Este hecho es comprensible, porque la familiaridad en el plano humano hace difícil ir más allá y abrirse a la dimensión divina. A ellos les resulta difícil creer que este carpintero sea Hijo de Dios. Jesús mismo les pone como ejemplo la experiencia de los profetas de Israel, que precisamente en su patria habían sido objeto de desprecio, y se identifica con ellos. Debido a esta cerrazón espiritual, Jesús no pudo realizar en Nazaret ‘ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos’ (Mc 6,5). De hecho, los milagros de Cristo no son una exhibición de poder, sino signos del amor de Dios, que se actúa alli donde encuentra la fe del hombre, es una reciprocidad». (Papa emérito Benedicto XVI, Angelus, julio 2012).
Dios nos habla cada día: del 8 al 14 Julio 2024.
Liturgia de las Horas: II Semana.
Lunes: Os 2,16.17b-18.21-22; Sal 144,2-9; Mt 9,18-26 Martes: Os 4,1;8,4-7.11-13; Sal 113B,3-7ab.8-10; Mt 9,32-38
Miércoles: Os 10,1-3.7-8.12; Sal 104,2-7; Mt 10,1-7
Jueves: Os 11,1-4.8c-9; Sal 79,2ac.3b.15-16; Mt 10,7-15
Viernes: Os 14,2 14,2-10; Sal 50,3-4.8-9.12-14.17; Mt 10,16-23
Sábado: Is 6,1-8; Sal 92,1ab.1c-.2.5; Mt 10,24-33
Domingo 15 Durante el Año: Am 7,12-15; Sal 84,9ab. 10-14; Ef 1,3-14; Mc 6,7-13
4ta. Página Hoja Dominical «Día del Señor»