La Semana Mundial de la Armonía Interconfesional entre todas las religiones, confesiones y creencias es un evento que se celebra durante la primera semana de febrero desde 2011.
Esta fecha se establece a partir de una resolución de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, aprobada el 20 de octubre de 2010, en la que se afirma que la comprensión y el diálogo entre religiones constituyen dimensiones importantes de la cultura de paz.
Este año el lema es “Unión pro paz”, para poner de relieve la necesidad imperiosa de que las distintas confesiones y religiones dialoguen para que haya una mayor comprensión mutua, armonía y cooperación entre las personas y que los imperativos morales de todas las religiones, convicciones y creencias incluyan la paz, la tolerancia y la comprensión mutua.
La celebración de la Semana Mundial de la Armonía Interconfesional ayuda a concientizar de que gracias a los valores propios que existen en todas las religiones, a partir de las mismas se puede trabajar eficientemente por la paz, la tolerancia y la mutua comprensión, facilitando así una mayor y mejor armonía entre todos los pueblos de la Tierra.
“Las distintas religiones, a partir de la valoración de cada persona humana como criatura llamada a ser hijo o hija de Dios, ofrecen un aporte valioso para la construcción de la fraternidad y para la defensa de la justicia en la sociedad. El diálogo entre personas de distintas religiones no se hace meramente por diplomacia, amabilidad o tolerancia. Como enseñaron los Obispos de India, «el objetivo del diálogo es establecer amistad, paz, armonía y compartir valores y experiencias morales y espirituales en un espíritu de verdad y amor” (Papa Francisco, Fratelli Tutti 271).
“Declaramos —firmemente— que las religiones no incitan nunca a la guerra y no instan a sentimientos de odio, hostilidad, extremismo, ni invitan a la violencia o al derramamiento de sangre. Estas desgracias son fruto de la desviación de las enseñanzas religiosas, del uso político de las religiones y también de las interpretaciones de grupos religiosos que han abusado —en algunas fases de la historia— de la influencia del sentimiento religioso en los corazones de los hombres. […] En efecto, Dios, el Omnipotente, no necesita ser defendido por nadie y no desea que su nombre sea usado para aterrorizar a la gente” (Papa Francisco y Ahmad Al-Tayyeb, Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común).