Cada 4 de febrero se celebra el Día Internacional de la Fraternidad Humana. Se realiza por primera vez el año 2021 y tiene como principal antecedente el encuentro sostenido entre Su Santidad el Papa Francisco y el líder musulmán Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad al-Tayyeb, el día 4 de febrero de 2019 en Abu Dabi, durante la visita apostólica del Santo Padre a los Emiratos Árabes Unidos.
Durante este memorable encuentro se firma el “Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común”, también conocido como “Declaración de Abu Dabi”. Este documento es citado como fuente de inspiración en la carta encíclica Fratelli Tutti que trata sobre la fraternidad y la amistad social. El Documento de Abu Dabi señala que como humanidad se tiene la imperiosa necesidad de velar por todas las personas, promover la paz y poner fin a la violencia, al extremismo religioso, las guerras y el terrorismo.
En el nombre de Dios que ha creado todos los seres humanos iguales en los derechos,
en los deberes y en la dignidad, y los ha llamado a convivir como hermanos entre ellos,
para poblar la tierra y difundir en ella los valores del bien, la caridad y la paz.
En el nombre de la inocente alma humana que Dios ha prohibido matar,
afirmando que quien mata a una persona es como si hubiese matado a toda la humanidad
y quien salva a una es como si hubiese salvado a la humanidad entera.
En el nombre de los pobres, de los desdichados,
de los necesitados y de los marginados que Dios ha ordenado socorrer
como un deber requerido a todos los hombres
y en modo particular a cada hombre acaudalado y acomodado.
En el nombre de los huérfanos, de las viudas,
de los refugiados y de los exiliados de sus casas y de sus pueblos;
de todas las víctimas de las guerras, las persecuciones y las injusticias;
de los débiles, de cuantos viven en el miedo, de los prisioneros de guerra
y de los torturados en cualquier parte del mundo, sin distinción alguna.
En el nombre de Dios y de todo esto,
Al-Azhar al-Sharif —con los musulmanes de Oriente y Occidente—,
junto a la Iglesia Católica —con los católicos de Oriente y Occidente—, declaran
asumir la cultura del diálogo como camino; la colaboración común como conducta;
el conocimiento recíproco como método y criterio.