Tercer Domingo de la Palabra de Dios
El Papa Francisco estableció, con la Carta Apostólica Aperuit Illis, que el Tercer Domingo del Tiempo Ordinario esté dedicado a la celebración, reflexión y divulgación de la Palabra de Dios; haciendo hincapié en que estamos invitados a fortalecer los lazos con los judíos y a rezar por la unidad de los cristianos. No es la primera vez que el Papa Francisco invita al Pueblo de Dios a “caminar en y hacia la unidad” de quienes creemos en Cristo y de hacer camino con la comunidad judía.
Este año el Domingo de la Palabra de Dios se celebra el 21 de enero, la expresión bíblica que acompaña esta celebración está tomada del Evangelio según san Juan “Permanezcan en mi Palabra” (8,1). Uno de los hechos más llamativos en la historia del pueblo de Israel es constatar que el vehículo privilegiado con el que Dios se dirige al pueblo y a cada uno, es el de la “palabra”. Decir que Dios usa la “Palabra” equivale a afirmar que Dios habla, es decir, Dios sale del silencio y en su amor se dirige a la humanidad. El hecho de que Dios hable implica que quiere comunicar algo íntimo y absolutamente necesario para el ser humano, sin el cual no podría jamás llegar a un pleno conocimiento de sí mismo ni del misterio de Dios. El coloquio permanente entre Dios y los seres humanos, que caracteriza la historia bíblica, posee los rasgos de la amistad. Es un coloquio personal, que toca al hombre en lo más íntimo y lo involucra en una relación de amor, alcanzando a cada uno en su historia para estarle cercano.
Ecumenismo
El Papa Francisco ha seguido profundizando el compromiso ecuménico de la Iglesia luego del Concilio Vaticano II expresado en el Decreto Conciliar Unitatis Redintegratio animándo a seguir desarrollando nuevas formas de colaboración con otras Iglesias y Comunidades eclesiales.
“Ecumenismo del camino” es la frase privilegiada con la que el Papa Francisco expresa la necesidad y la forma en que se puede llevar adelante el compromiso ecuménico de nuestra Iglesia. “Ecumenismo de camino” significa caminar juntos en la oración, en las obras de caridad y misericordia y en el testimonio de nuestra fe; el objetivo de este camino conjunto es ayudar para la unidad del mundo dando testimonio de un verdadero amor entre cristianos y superando nuestras divisiones.
Oración en común
“La dulzura de la Palabra de Dios nos impulsa a compartirla con quienes encontramos en nuestra vida para manifestar la certeza de la esperanza que contiene”. (Aperuit Illis, 12)
La Palabra de Dios invita a compartirla, una forma de hacerlo es mediante la oración en torno a ella. Para lograr la unidad de los cristianos es imprescindible la oración de todos. Es fundamental orar “unos por otros” y “unos con otros” porque desde la oración se renueva cada día el compromiso de caminar en la unidad.
En Bolivia se han dado importantes pasos en la oración por otros y con otros. Cada año se celebra la “Semana de oración por la unidad de los cristianos” entre las solemnidades de la Ascensión del Señor y Pentecostés; en diferentes jurisdicciones se celebran oraciones y reuniones ecuménicas con Iglesias e Instituciones ecuménicas, además de otras iniciativas de trabajo conjunto.
Obras de caridad y misericordia
“Otra interpelación que procede de la Sagrada Escritura se refiere a la caridad. La Palabra de Dios nos señala constantemente el amor misericordioso del Padre que pide a sus hijos que vivan en la caridad”. (Aperuit Illis, 4)
Para el Papa Francisco las obras de caridad realizadas en común hacen parte del recorrido del camino ecuménico. Invita a vivir la caridad en común, por qué no invitar a hermanos y hermanas que comparten la fe en Jesús cuando se piensa en un proyecto para hacer el bien común.
“Escuchar la Sagrada Escritura para practicar la misericordia: este es un gran desafío para nuestras vidas. La Palabra de Dios es capaz de abrir nuestros ojos para permitirnos salir del individualismo que conduce a la asfixia y la esterilidad, a la vez que nos manifiesta el camino del compartir y de la solidaridad”. (Aperuit Illis, 4)
Imaginemos a los cristianos y cristianas transformando el mundo con obras de caridad conjuntas.
Testimonio de nuestra fe
“La Biblia es el libro del pueblo del Señor que al escucharlo pasa de la dispersión y la división a la unidad. La Palabra de Dios une a los creyentes y los convierte en un solo pueblo”. (Aperuit Illis, 4)
La escucha de la Palabra de Dios tiene como consecuencia pasar de la dispersión y la división a la unidad, para que el mundo conozca la fe y siga recibiendo su testimonio: “Ámense unos a otros como yo los he amado: ámense así unos y otros. En eso conocerán todos que son mis discípulos, en el amor que se tengan unos a otros”. (Juan 13,34-35)
El Espíritu Santo construye la diversidad en la Iglesia a partir de la diversidad de carismas, pero a la vez construye la unidad. Una unidad en la diversidad, en palabras del Papa Francisco una “diversidad reconciliada”.
Los cristianos están llamados a caminar unidos “hacia Jesús” y “con Jesús” con oración en común, en acciones conjuntas de evangelización y de servicio a la sociedad dando testimonio de nuestra fe.