Nuestra Señora de la Merced es una advocación mariana también conocida como Virgen de la Misericordia.
Su fiesta se celebra el 24 de septiembre y es invocada como la Patrona de las personas privadas de libertad.
Está advocación nació en España y se extendió por todo el mundo. A Bolivia llegó el año 1549 de la mano de la Orden de la Virgen de la Merced cuyo carisma es la redención de los cautivos; pronto la veneración a la Virgen María en esta advocación se extendió rápidamente en el nuestro país.
La advocación de la Virgen María: «Nuestra Señora de la Merced» nos invita a fortalecer nuestro compromiso cristiano con las personas privadas de libertad, a solidarizarnos con la obra que nuestra Iglesia lleva adelante en los recintos penitenciarios de nuestro país.
Es una buena ocasión para recordar el mensaje que el Papa Francisco entregó a nuestros hermanos del recinto penitenciario de Palmasola.
«Me viene a la memoria una expenenc1aque nos puede ayudar: Pedro y Pablo, discípulos de Jesús también estuvieron presos. También fueron privados de la libertad. En esa circunstancia hubo algo que los sostuvo, algo que no /os dejó caer en la desesperación, que no los dejó caer en la oscuridad que puede brotar del sin sentido. Y fue la oración. Fue orar. Oración personal y comunitaria. Ellos rezaron y por ellos rezaban. Dos movimientos, dos acciones que generan entre sí una red que sostiene la vida y la esperanza. Nos sostiene de la desesperanza y nos estimula a seguir caminando. Una red que va sosteniendo la vida, la de ustedes y la de sus familias…La oración de las madres, la oración de las esposas, la oración de los hijos, y la de ustedes: eso es una red, que va llevando adelante la vida».
(Papa Francisco, Discurso en el recinto Penitenciario de Palmasola, 10 de julio de 2015).
Hoja Dominical «Día Del Señor»