Lecturas de Hoy: Ef 4,1-7.11-13; Sal 18,2-3.4-5; Mt 9,9-13
San Mateo vivió en Cafarnaún, a orillas del lago de Galilea, y fue elegido por el mismo Jesús para integrar el grupo de los doce.
Leví, el recaudador de impuestos
Mateo fue hijo de Alfeo y llevó el nombre ‘Leví’, antes de su conversión, según lo atestiguan San Marcos y San Lucas en sus respectivas narraciones. Leví ejerció el oficio de publicano, es decir, se desempeñaba como recaudador de impuestos.
Los publicanos solían ser personajes acaudalados pero, al mismo tiempo, repudiados: primero, porque los impuestos que recaudaban eran considerados excesivos e injustos por los judíos (el caudal iba a manos de los romanos invasores); y, segundo, porque se enriquecían a costas de la miseria del pueblo al que pertenecían.
Estas cosas eran suficientes para que fuesen considerados «pecadores públicos» y hombres corruptos según la Ley de Dios.
Mateo, el apóstol
Sin embargo, nada de lo mencionado pareció importarle mucho a Jesús, quien, un día mientras caminaba, vio sentado a Mateo cobrando el impuesto; se le acercó y le dijo: «Sígueme». Él escuchó el llamado del Maestro y, sin dudar, se levantó y lo siguió (Mt 9, 9ss). El episodio aparece relatado también en los otros dos evangelios sinópticos (Mc 2, 14ss; Lc 5, 27ss).
La tradición sugiere que fue Cristo quien le cambió de nombre por «Mateo», que quiere decir «don de Dios».
San Mateo está siempre en el grupo de los doce. En su evangelio se incluye a sí en la lista de los apóstoles (ver Mt 10, 2-3). En el pasaje señalado, después de poner su nombre, ensaya una descripción de sí mismo: «Mateo, el recaudador de impuestos» o «el publicano».
En los evangelios de San Marcos y San Lucas -en los que hay otros listados de los doce- Mateo aparece en el séptimo lugar (Mc. 3, 13; Lc 6, 14). Mientras que en los Hechos de los Apóstoles (Hch 1, 13), aparece nuevamente, pero ocupando el octavo lugar, seguido de Jacobo (Santiago), a quien en el pasaje se denomina «hijo de Alfeo», razón por la que se cree que ambos fueron hermanos.
Testigo de Cristo
Después de la Ascensión del Señor a los cielos, Mateo permaneció predicando en Judea, aunque también lo hizo en tierras cercanas de Oriente. Se dice que su evangelio fue escrito en arameo, probablemente entre los años 80 y 90 d.C. Solo después sería traducido al griego.
En los primeros años de la Iglesia primitiva, el apóstol estuvo en contacto con la comunidad cristiana de Judea, y, en consecuencia, tuvo que lidiar con los conflictos entre los judios que querían seguir a Jesus y aquellos que, por el contrario, se aferraban a la antigua Ley. Es por eso que su evangelio está articulado consistentemente con pistas sobre por qué Cristo es el Mesías esperado.
Patronazgo
San Mateo es considerado patrono de quienes trabajan en la banca, de los contadores, de las financieras y de los financistas. También lo es de los que recaudan impuestos y de los servidores públicos. Es patrono de algunas ciudades, como es el caso de Salerno, en Italia.
Se le suele representar con un libro en las manos, haciendo cuentas. Su símbolo es la figura de un hombre alado.
San Mateo y el Papa Francisco
Un día como hoy, pero de 1953, Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, experimentó tras confesarse la llamada a la vida religiosa, en la Compañía de Jesús. En ese entonces tenía solo 17 años.
Hoy, su escudo pontificio lleva inscrito el lema: «Lo miró con misericordia y lo eligió», palabras tomadas del Evangelio y que describen el momento preciso del encuentro de Jesús con el apóstol San Mateo.
Con información de Aciprensa