22 de diciembre 2024
EVANGELIO: Lc 1, 39-45. ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? El Evangelio nos ofrece importantes lecciones sobre la alegría del servicio y la fe. El relato presenta el encuentro de dos mujeres: María e Isabel. Desde el inicio del pasaje, se destaca la disposición y urgencia de María, quien, al enterarse del embarazo de su “prima”, se levanta «de prisa» para acudir en su ayuda. Este acto de servicio resalta la conexión entre ambas mujeres y nos invita a reflexionar sobre la importancia de la solidaridad, así como la alegría que brota al hacer el bien a los demás. En este encuentro, se despierta una profunda fe en el plan divino. Al escuchar el saludo de María, Isabel se llena del Espíritu Santo, transformando su encuentro en un momento sagrado y lleno de gracia que trasciende un simple intercambio familiar. El reconocimiento de Isabel a María como «bendita» subraya la singularidad de su misión y la bendición que representa para la humanidad. Este episodio nos recuerda que la fe en las promesas divinas llena nuestros corazones de gozo indescriptible. La emoción en el diálogo entre María e Isabel testifica el poder transformador de la fe, animándonos a fortalecer nuestras convicciones y a celebrar las manifestaciones del amor en nuestras vidas.
CANTO DE ENTRADA
ACTO PENITENCIAL
SALMO RESPONSORIAL 79, 2ac. 3b. 15-16. 18-19
CANTO DE LAS OFRENDAS
SANTO
CORDERO
CANTO DE COMUNIÓN
CANTO FINAL