«Preparen el camino al Señor, allanen sus senderos» (Lc 3,4)
En la liturgia de Adviento el Segundo Domingo está dedicado a San Juan el Bautista, quien prepara el camino del Señor y anuncia al Mesías: «Detrás de mí viene uno con más autoridad que yo, y yo no soy digno de agacharme para soltarle la correa de sus sandalias» (Mc 1,7).
San Juan el bautista se caracteriza por:
- La franqueza de su lenguaje: «¡Raza de viboras!… Muestren frutos de arrepentimiento» (Lc 3,7-8).
- La honestidad de su comportamiento. Cuando le preguntan si él es el Mesías, lo niega rotundamente, “Yo no soy el Cristo» (Jn 1,20).
- La austeridad de su vida: «Llevaba un manto hecho de camello, con un cinturón de cuero en la cintura, y comia saltamontes y miel silvestre» (Mc 1,6).
- Su llamada a la conversión con hechos concretos: «El que tenga dos túnicas, dé una al que no tiene», a los cobradores de impuestos «no exijan más de lo que está ordenado», a los soldados «no maltraten ni denuncien a nadie y conténtense con su sueldo».
- Juan inicia su vida con un marco histórico solemne (Lc 1,5-25): su padre Zacarías recibe la visita del Ángel Gabriel, en el santuario, quien le anuncia su nacimiento a pesar de la esterilidad de Isabel, su esposa, y de la avanzada edad de ambos.
- Se cumple la promesa del Enviado de Dios y Juan es concebido. El evangelio de Lucas nos dice que sus padres “eran rectos a los ojos de Dios y vivían irreprochablemente de acuerdo con los mandatos y preceptos del Señor” (1,6).
- La Virgen María, sabiendo sabe que Isabel está encinta, va a visitarla. Isabel, reconoce en María a la madre de su Señor y Juan salta de gozo en su vientre (Cf. Lc 1,39-56).
- Cuando Juan nace, Isabel y Zacarías obedecen al ángel y le ponen por nombre Juan, que significa “Hombre fiel a Dios”.
- En Juan se cumplen las promesas del Ángel Gabriel, es grande a los ojos del Señor, está lleno del Espíritu santo desde el vientre materno y con su predicación y ejemplo convierte a muchos israelitas al Señor su Dios (Lc 1,14-15).
- Su vida está orientada totalmente a Cristo, es su precursor, es decir, su antecesor.
- Juan, es el mayor de los profetas, llamado a “preparar el camino delante del Mesías” (Mt 11,9-10); es la “voz que clama en el desierto” (Jn 1,23) anunciando al verbo encarnado.
- De Jerusalén y de todas las partes de Judea la gente acudía para escuchar a Juan Bautista y para hacerse bautizar por él en el río, confesando sus pecados (Cf. Mc 1, 5).
- La fama de Juan era tan grande que la gente se preguntaba si él era el Mesías; pero él lo niega rotundamente, “Yo no soy el Cristo” (Jn 1,20).
Hoja Dominical «Día del Señor»