Encuentros de formación misionera en torno a Hechos de los Apóstoles
Texto: Hechos 5,29-32
Pedro y los apóstoles replicaron: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres ha resucitado a Jesús, a quien ustedes ejecutaron colgándolo de un madero. A Él, Dios lo ha sentado a su derecha, nombrándolo jefe y salvador, para ofrecer a Israel el arrepentimiento y el perdón de los pecados. De estos hechos, nosotros somos testigos con el Espíritu Santo que Dios concede a los que creen en él.
Estudiando y meditando
“Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”. Así el apóstol Pedro, junto a los Apóstoles, retoma uno de los elementos fundamentales que proclama en su testimonio anterior frente al Sanedrín (4,1-22) que se refiere a la obediencia a Dios.
El Sumo Sacerdote y los fariseos, máximas autoridades religioso-políticas del Templo y del pueblo, ya no representan la voluntad de Dios, y Pedro da las razones: Aquel al que crucificaron, ha resucitado, y está sentado a su derecha, el Salvador; el kerigma.
Los Apóstoles y todos los discípulos misioneros son testigos del kerigma, por tanto, evangelizadores hasta los confines de la tierra.
“Pidamos también al Espíritu Santo la fuerza para no asustarnos frente a los que nos mandan callar, calumniarnos e incluso estar atentos a nuestras vidas. Pidámosle que nos fortalezca interiormente para estar seguros de la presencia amorosa y consoladora del Señor a nuestro lado” (Papa Francisco, Catequesis, 2019).
Reflexionemos
¿Qué hacemos para que el mensaje de salvación llegue a todos?
Celebrando
1. Leemos nuevamente el texto bíblico. Después de un momento de silencio, compartimos la frase del texto bíblico que más nos llama la atención y cómo la asumimos en nuestra vida.
2. Oramos con la oración del VI Congreso Americano Misionero CAM 6 del Papa Francisco, ahora que estamos celebrando este importante encuentro.
Oh Padre misericordioso,
que revelaste en tu Hijo la “Buena Nueva”,
anunciada en estas tierras de América
por tantos misioneros, con palabras y con obras;
ayúdanos a redescubrir nuestra vocación de bautizados
para dar un nuevo impulso a nuestra acción misionera
proclamando, como ellos, la alegría del Evangelio.
Oh Dios,
que derramas tu Espíritu Santo
para renovar la faz de la tierra,
lastimada por la injusticia y el sufrimiento;
danos fortaleza para caminar, como pueblo de Dios,
en sinodalidad y escucha mutua,
hacia el próximo Congreso Misionero Americano,
testimoniando juntos el amor que vence al mundo.
Oh Dios y Padre nuestro,
que escogiste a María
como modelo de evangelización
para ofrecer a Cristo a toda la humanidad;
haz que, imitando su ejemplo de entrega
y sostenidos por su cuidado maternal y providente,
seamos siempre tus discípulos misioneros
hasta los confines de la tierra. Amén.
3. Se hacen peticiones espontáneas.
4. Cada persona expresa un compromiso de vida.
Con este encuentro hemos terminado los encuentros de formación misionera en torno a Hechos de los Apóstoles.