Carisma
Cristo-céntrico, Jesús humano y divino que nos invita a contemplar a Jesús desde el nacimiento, la pasión y la resurrección y contemplar su rostro en el hermano que servimos.
Año de fundación de la congregación en Bolivia
Llegamos a Bolivia en 1980.
¿Cuántas hermanas tiene la congregación en Bolivia?
Somos dieciséis hermanas.
¿Qué poblaciones acompaña la congregación?
Niños, adolescentes, jóvenes y mujeres.
¿Cuáles son los apostolados más significativos que tienen?
Trabajamos en educación, salud, pastoral en sacramentos. Creamos el Centro de Promoción de la Mujer «Madre de la Providencia», con el objetivo de formar a las mujeres en tejido, costura, repostería con el único propósito de generar micro emprendimientos. Creamos el Centro Infantil «San José» para niños y niñas de primera infancia. Actualmente, tenemos 40 inscritos y el número tiende a aumentar después de haber pasado la pandemia.
Regentamos el Hospital «Ichilo de San Carlos» que presenta las siguientes especialidades: cirugía, pediatría y ginecología, laboratorio. Contamos con el Centro de Rehabilitación Nutricional «Padre Luis» en San Carlos de Yapacaní, donde se atienden a niños enfermos y desnutridos. Se implementó un proceso educativo a las mamás para mantener una nutrición estable en sus niños. Hoy por hoy, se trabaja en coordinación con SEDEGES y la Gobernación, quienes proveen alimentación y medicamentos. En relación con todo lo que es gasto para personal, es canalizado con financiamiento italiano.
Acompañamos a la pastoral de evangelización, nos trasladamos a la Parroquia «Apóstol Santiago» perteneciente a la Vicaría Altiplano Norte, donde atendemos a 30 niños por año en los siete sacramentos. En la actualidad, proyectamos ir a Sica Sica para realizar el mismo trabajo.
¿Podrían compartir algunas experiencias relevantes que marcaron la vida de la congregación?
En el Centro de Promoción de la Mujer «Madre de la Providencia», acá en El Alto, colaboramos a las mujeres en el aprendizaje de un oficio para que puedan mantener a sus familias. Tenemos el caso de la señora Lidia que aprendió a hacer galletas y las vende en las puertas de las unidades educativas y con ello ayuda al hogar de manera más sostenida. En 2016, en Cochabamba, Claudia, una niña de 13 años, empezó a elaborar queques, galletas y brazo gitano. La mamá le colaboraba, pero su producción era muy pequeña. Entonces, nuestra hermana Remberta le compró un horno para incentivar su talento. La jovencita creó su emprendimiento e iba a vender sus productos en la puerta de una iglesia evangélica. El negocio empezó a crecer bastante.
El centro de reforzamiento escolar siente el orgullo de tener niños muy preparados y por eso reciben diplomas a nivel nacional y varios fueron becados para contar con el apoyo del 100% en material escolar y alimentación.
Nuestras hermanas Rosa (bastante enferma), María Lina y Michelia, tenían alto compromiso para apoyar en salud a las comunidades aledañas y lejanas. Su tarea se centraba en asistir a niños y mujeres embarazadas. Ellas se encargaban de reconocer casos para derivarlos a un centro médico o, en caso de alta necesidad, a un hospital más cercano. Canalizamos el financiamiento italiano y alemán para proveer de medicamentos, ropa, alimentos imperecederos, productos de limpieza, salarios y otros a diferentes apostolados, especialmente los que tienen que ver con la salud, ya que encontramos personas con muy escasos recursos y allí va nuestra mayor colaboración.
Como congregación se establece nuestra rendición de cuentas de las donaciones que recibimos. De manera permanente nos reunimos y enviamos informes a los agentes financiadores sobre el manejo de los dineros que nos llegan. Esta política la hacemos para que no existan susceptibilidades.
Encuéntralas en https://www.suoredellaprovvidenza.it

Fuente: Presencia y Acción Misionera de la Vida Consagrada Femenida en Bolivia (1655-2023) Karina García Riveros