«BENDITA ENTRE LAS MUJERES»
La Asunción de Santa María
El Papa Pablo VI afirma que: «La Asunción es la fiesta en que recordamos el destino de plenitud y bienaventuranza de María, la glorificación de su alma inmaculada y de su cuerpo virginal, su perfecta configuración con Cristo resucitado. Fiesta que propone a la Iglesia y a la humanidad la imagen y la consoladora garantia del cumplimiento de la esperanza final. Pues dicha glorificación plena es el gozoso destino de todos aquellos a quienes Cristo ha hecho hermanos, teniendo en común con ellos la carne y la sangre» (Maríalis Cultus 6).
Santa Maria modelo de liberación
Maria Asunta al cielo es también modelo y prenda de esa liberación integral de todos los seres humanos: «La Iglesia, acudiendo al corazón de Maria, a la profundidad de su fe, expresada en las palabras del Magnificat, renueva en sí misma cada vez mejor la conciencia de que no se puede separar la verdad sobre Dios que salva, sobre Dios que es fuente de todo don, de la manifestación de su amor preferencial por los pobres y los humildes, que, cantado en el Magníficat, se halla después expresado en las palabras y las obras de Jesús (Redemptoris MaterM 37).
«La Iglesia, por tanto, es consciente -y en nuestra época dicha conciencia es subrayada de modo particular que no sólo no se pueden separar los dos elementos del mensaje contenido en el Magníficat, sino que también hay que salvaguardar cuidadosamente la importancia que los pobres y la opción en favor de los pobres tienen en la palabra del Dios vivo. Se trata de temas y de problemas orgánicamente relacionados con el sentido cristiano de la libertad y de la liberación. Dependiente totalmente de Dios y plenamente orientada hacia él por el impulso de su fe, Maria, al lado de su Hijo, es la imagen más perfecta de la libertad y de la liberación de la humanidad y del cosmos. La Iglesia tiene que mirar hacia ella, Madre y modelo, para entender en su integridad el sentido de su propia misión». (Redemptoris MaterM 37).
«Finalmente, la Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo y enaltecida por Dios como Reina del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los señores y vencedor del pecado y de la muerte». La Asunción de la Santisima Virgen constituye una participación singular en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos» (CalC, 966).
Hoja Dominical «Día del Señor»